El luchador Kevin Mejía llegó ayer a la capital con la medalla de bronce como prueba de su destacada actuación en el Mundial de la categoría cadete en Szombathely, Hungría. El juvenil de Triunfo de la Cruz, Atlántida, apareció en el aeropuerto Toncontín mostrando en su pecho la presea que lo acredita como el tercer mejor luchador del mundo en su división. “Estoy muy contento por un logro que jamás había pensado que podría conseguir. No lo esperaba”, fueron sus primeras palabras, rodeado de los muchos medios de comunicación que lo recibieron.
Mejía comentó que tuvo la oportunidad de rozar la final, “pude llegar, pero perdí contra el finlandés (Mati Elías Kuosmanen). Le pude ganar al mejor del mundo, que es el ruso”, se consoló al final.
Kuosmanen terminó como campeón mundial, el húngaro Zsolt Torok fue el segundo y el hondureño figuró tercero.
“Cuando llegué allá comencé a bajar de peso, me puse a ver las peleas y me di cuenta de que sería muy dura la cosa. Luego comencé a competir y me tocó el ruso, que era el número uno de Europa y con él tuve la lucha más dura”, señaló sonriendo.
“Este mundial es muy maravilloso y sensacional para mí”, recalcó el luchador, cuya meta es participar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, algo que se le complica por su edad, ya que con 16 años se le debió conseguir un permiso especial para competir.
“Voy a ver si puedo ganar allí otra medalla”. Junto con su entrenador, el cubano Humberto Torres Trujillo, hizo un largo viaje desde Europa para retornar al país.
Lanzó además un mensaje a las autoridades: “Tienen que ver más estas otras disciplinas y no sólo el fútbol, porque ahorita éstas son las número uno en América”.
