Desde que Honduras llegó a Panamá la medianoche del miércoles, los panameños han intentado por todos lados hacerles la vida imposible a sus jugadores, pero cada intento ha sido fallido.
La barra brava panameña hizo de todo durante el arribo de la Bicolor. Ayer estuvieron nuevamente en el Rommel Fernández durante la única práctica de Honduras en Panamá, pero los jugadores catrachos están blindados.
La Bicolor se mide esta noche a las 8:00 pm, hora hondureña, con los canaleros por el grupo C de las eliminatorias de la Concacaf (Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol).
No hay gritos, insultos, cánticos ni nada que los saque de su concentración. El famoso ambiente hostil que han creado los panameños alrededor de la Selección no ha hecho efecto, pues los jugadores lo han visto como algo normal en este tipo de partidos.
“Estamos tranquilos, muy bien en todo”, dijo Carlo Costly a la prensa antes de ingresar al Rommel Fernández.
A este equipo sin duda no le temblarán las piernas esta noche en el Rommel Fernández. Es un grupo a prueba de todo; en las pocas horas que tiene de estar instalados en Panamá lo ha demostrado.
Tras el viaje nocturno de San Pedro Sula a Panamá y descansar un poco en el hotel todo el día, Honduras se dispuso a estirar las piernas y tener contacto con el balón en la cancha del Rommel Fernández.
El equipo trabajó alrededor de una hora. Hubo acceso a la prensa hondureña y panameña durante 15 minutos y después se encerraron completamente en el coloso canalero.
El trabajo fue corto, pues todo lo táctico lo hicieron en Honduras antes de salir a Panamá. Los panameños quisieron ver algo de nuestras armas, pero en ningún momento pudieron hacerlo.
Luis Suárez todavía no revela el once con que se enfrentará a los panameños, ya que asegura que tiene una duda por lesión, aunque no quiso dar a conocer quién está lesionado. Por lo demás, la Bicolor está lista para dar el gran batacazo en Panamá.