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Cristian Cálix, la joyita del Marathón que ha superado muchos obstáculos

  • 18 septiembre 2017 /

El chico se gastó un golazo en el clásico frente al Olimpia.

San Pedro Sula, Honduras.

Abandonar su casa en Juticalpa, Olancho, con apenas 13 años de edad ha sido solo uno de los múltiples sacrificios que ha hecho el joven futbolista Cristian Cálix, quien comienza a destacar a su corta edad en el Marathón y fue una de las figuras en lo que fue la victoria de 3-2 sobre el Olimpia.

Ahora con 18 años, para cumplir su objetivo de ser futbolista. En el clásico vivió un 'sueño', asegura el diminuto mediocampista que aspira ser el nuevo cerebro de un Marathón.

La paciencia de Vargas, el segundo timonel que creyó en él tras Manuel Keosseián; el apoyo de los técnicos de las divisiones menores del Monstruo, entre los cuales destacan su primer entrenador Juan Jiménez, el mítico cazatalentos Hermelindo Cantarero y el novel Cristian Caballero, sumaron al tesón encomiable que destacan sus más cercanos en él.

'Era la clara muestra de que cualquiera de los jugadores que viene empezando su carrera quiere un gol, esto es lo más lindo que podía ver', expresó en plena algarabía y al pie del engramado del Yankel Rosenthal el aún joven Cristian.

El talentoso mediocampista, que antes de comenzar a destacar en el verde vivió cualquier cantidad de impases, afirma que lo que vive actualmente 'es el reflejo del trabajo y la entrega.

'Este sueño lo traigo desde pequeño, he venido esforzándome, estar aquí no ha sido nada fácil y este gol va para mi madre y mi padre que vinieron a verme', expresa.

Cantarero, una de las voces autorizadas para referirse a jóvenes carreras como la de Cristian Neptalí, cuenta que 'a este cipote lo trajo el papá de Juticalpa, estando acá Juan Jiménez, técnico de la Sub-16, se lo mandó a Rolin Peña y él se lo llevó a Jairo Ríos, con quien no tuvo suerte', confiesa dejando de manifiesto que el colombiano prácticamente no confió en su potencial.

Los elogios no lo marean, pues aunque acepta que 'me alegra mucho, tampoco hay que agrandarse'; es más, apunta que 'le pido a Dios sabiduría para seguir haciendo las cosas de la mejor manera'.