Con apenas 12 años y una derecha privilegiada que puede lanzar una recta a 75 millas por hora, Alejandro Pacheco apunta a los más en su carrera como beisbolista.
Este joven sampedrano fue la sensación de Honduras en los pasados Juegos Panamericanos de béisbol menor en la categoría infantil que se desarrollaron en Nicaragua en octubre. Su estatura de 1.76 metros, sumado a la calidad técnica al lanzar, despertó el interés de varios representantes de equipos de las Grandes Ligas.
Pacheco, como sus compañeritos lo llaman en Rangers, equipo sampedrano del béisbol menor en él que se ha formado, logró lo impensado en los Panamericanos: guiar a su equipo a la final dejando en el camino a la potencia y gran favorita para llevarse el título, Venezuela, y de paso clasificar a Honduras por primera vez a un mundial de este deporte.
Lo de Pacheco no es algo que se repite todo el tiempo porque le tocó lanzar en dos partidos y contra equipos de mayor tradición beisbolera que Honduras y nunca se achicó. En la fase de grupos, México le conectó solamente dos carreras en el triunfo 8-2 de los catrachos. Para la semifinales, Alberto Mendoza, el entrenador hondureño, lo mandó a la lomita y ahí se fue con el marcador en cero.
“Tuvo que salir a los 68 lanzamientos porque si completaba los 70 debía salir del campo y él estaba haciendo una gran labor como jardinero izquierdo”, explica Zully Rivera, la orgullosa madre del niño prodigio.
La táctica dio resultado, el envión anímico que dio Pacheco a sus compañeros desde el picheo fue aprovechado hasta conseguir un 6-3 histórico, porque dejaban por fuera a una nación conocida como potencia en el béisbol y que solo en la actualidad cuenta con más de 40 peloteros en las Grandes Ligas. “El profesor nos mentalizó en que saliéramos a ganar, por eso nunca tuve nervios, solo un poquito al inicio del juego contra México”, revela el pequeño.
Tradición familiar
Alejandro viene de una familia conocida por desempeñarse en este deporte. Su padre Rudy Pacheco fue seleccionado hondureño. “A mí me tocó debutar en el extranjero contra México y ahora con Alejandro pasó lo mismo”, cuenta el papá del jovencito. “Somos varios en la familia los que hemos jugado béisbol”, explica Rudy.
La familia de Alejandro cuenta que hace un par de años se mostraron preocupados porque Alejandro comía y no engordaba. “Desde muy corta edad se acostumbró a comer cereal”, señalan sus padres.
“Una vez lo llevamos a un control con una nutricionista y le explicamos lo que pasaba con él, porque crecía y nada de engordar y más bien la nutricionista nos dijo: ‘lleven a este niño a hacer deporte, es un atleta por excelencia”, detalla Zully Rivera.
La especialista acertó porque Alejandro no solo destaca en el fútbol. En la escuela Future Path juega en las selecciones de baloncesto, fútbol, e incluso hace unas semanas intentaron colocarlo en el equipo de volibol, pero ahí ya no recibió autorización porque podría perjudicar su carrera como beisbolista, ya que hay tres equipos que han dejado sus números de teléfonos para llevárselo a Estados Unidos (Astros de Houston, Bravos de Atlanta y Azulejos de Toronto).
También es el tricampeón de los 100 metros planos en los torneos regionales de escuelas bilingües. Hace unas semanas ganó el título en U-12 con juventud Henermas. Al final perdieron el título en la mesa. Pero en el campo él fue determinante como portero para cumplir.
