Frustración, desengaño, alienación son los sentimientos que hoy albergan todos los hondureños que esperábamos una nueva nación, dedicada al beneficio colectivo, de cara al sol, digna y próspera.
Su historial original está inmerso en la oscuridad, desconociéndose la procedencia del capital inicial, si producto del lavado de activos o de otras actividades igualmente ilícitas.