Principales víctimas son niños y adolescentes que desertan de escuelas y colegios y que enfrentan fracturas familiares por la violencia, alcohol, drogas y falta de dinero.
Honduras anunció la construcción de una megacárcel para 20.000 reos, entre más de una docena de medidas, al declarar “emergencia en materia de seguridad” para combatir la agobiante criminalidad.
Uno de los hondureños a quien se le “impidió la entrada al país desde la Terminal 2, del Aeropuerto Internacional de Tocumen” fue miembro activo de la
pandilla Barrio 18 por 7 años, dijo la oficina de Migración.