Me encontraba en Guadalajara como orador asociado del célebre Og Mandino. Esa noche le escuché la historia de “Las manos de Dios”. Me impresionó notablemente. Era una anécdota de quien no se sabía el
“Ponte el cinturón”, me dijo Sergio Checo Pérez. Acababa de llover torrencialmente a las afueras de la ciudad y la pista de carreras estaba encharcada.Pero pocas cosas parecen asustar al piloto mexicano, particularmente
Con lágrimas en sus ojos contó que la quieren desalojar de la habitación que renta porque no tiene dinero para pagar. Además dijo que tampoco tiene familia que la apoye.