Es una tendencia a vivir obsesionado por el futuro, pero pareciera que se vuelve una costumbre o tradición vivir en el pasado o en el futuro, lo que dificulta aprender a vivir el presente.
Cabe aclarar que la jornada laboral regular es de 40 horas semanales. Pero la pregunta no es cuántas horas trabajamos, sino si aún sabemos para qué lo hacemos.