No se trata de repartir migajas para tranquilizar la conciencia, sino de reconocer que los pobres son protagonistas de la historia que Dios escribe en la tierra (102).
Los bosques más deforestados son los de conífera, latifoliados y manglar. Anualmente se deforestan cienes de miles de hectáreas, provocando la erosión de los suelos.