Este tipo de relaciones se perciben socialmente como una sentencia para la pareja, que está condenada al fracaso. Esto provoca miedo y frustración, pero, aunque a priori parezca lo contrario, también puede resultar beneficioso para la convivencia.
“Cada uno va a tener su espacio individual, no se va a sentir colapsado o invadido por el otro y este es uno de los factores que en ocasiones destruye las relaciones porque sienten que, de alguna manera, han perdido su individualidad y ya no pueden hacer lo mismo que hacían antes”, explica el psicólogo Sergio García.
Con una llamada diaria y visitas cada cierto tiempo, las dos personas mantienen su complicidad, al tiempo que llevan una vida totalmente independiente, por lo que siempre tendrán algo nuevo que contarse.
De acuerdo con este experto, la pareja se esfuerza más en cuidar la comunicación porque “es como si nos hubiesen puesto un muro que hay que romper y eso hay que trabajarlo día a día”, expresa.
Alba también destaca algunos aspectos positivos, como “demostrar que eres capaz de mantener esa relación con la persona que quieres y por la que estás luchando”, aunque opina que tiene más puntos negativos que positivos.
Para Max y Rocío, quienes han sostenido cada uno por su lado relaciones a distancia, la pareja a distancia es una oportunidad ideal para dedicar tiempo a uno mismo.
“También es importante aceptar que cuando la pareja se establece finalmente en una misma ciudad, puede que la convivencia después no funcione”, advierte Max.
La distancia tiene que ver con el afecto. “Nos han enseñado que hay un periodo de noviazgo en el cual cada uno vive separado y que el fin es unirse y tener una convivencia. Cuando de repente esto salta por los aires porque hay una relación a distancia, tenemos que olvidarnos de todo lo aprendido”, sostiene el psicólogo.
La comunicación debe ser lo prioritario y para ello recomienda no perder ese “feeling” con el compañero o compañera sentimental para poder seguir dentro de ese proyecto en común, compartiendo ciertas aficiones que hacen que la relación sea factible.
La distancia también puede ser un buen pretexto social para terminar una relación porque todas las personas de alrededor van a entender esa ruptura, incluso algunas la veían venir.
“No es la distancia en kilómetros -aunque también puede ser una cuestión a tener en cuenta- es la distancia afectiva, cuando la otra persona ya no me entiende y de repente tiene unas aficiones o un proyecto común diferente al mío”, declara Sergio García.
“Cada uno va a tener su espacio individual, no se va a sentir colapsado o invadido por el otro y este es uno de los factores que en ocasiones destruye las relaciones porque sienten que, de alguna manera, han perdido su individualidad y ya no pueden hacer lo mismo que hacían antes”, explica el psicólogo Sergio García.
Con una llamada diaria y visitas cada cierto tiempo, las dos personas mantienen su complicidad, al tiempo que llevan una vida totalmente independiente, por lo que siempre tendrán algo nuevo que contarse.
De acuerdo con este experto, la pareja se esfuerza más en cuidar la comunicación porque “es como si nos hubiesen puesto un muro que hay que romper y eso hay que trabajarlo día a día”, expresa.
Alba también destaca algunos aspectos positivos, como “demostrar que eres capaz de mantener esa relación con la persona que quieres y por la que estás luchando”, aunque opina que tiene más puntos negativos que positivos.
Para Max y Rocío, quienes han sostenido cada uno por su lado relaciones a distancia, la pareja a distancia es una oportunidad ideal para dedicar tiempo a uno mismo.
“También es importante aceptar que cuando la pareja se establece finalmente en una misma ciudad, puede que la convivencia después no funcione”, advierte Max.
La distancia tiene que ver con el afecto. “Nos han enseñado que hay un periodo de noviazgo en el cual cada uno vive separado y que el fin es unirse y tener una convivencia. Cuando de repente esto salta por los aires porque hay una relación a distancia, tenemos que olvidarnos de todo lo aprendido”, sostiene el psicólogo.
La comunicación debe ser lo prioritario y para ello recomienda no perder ese “feeling” con el compañero o compañera sentimental para poder seguir dentro de ese proyecto en común, compartiendo ciertas aficiones que hacen que la relación sea factible.
La distancia también puede ser un buen pretexto social para terminar una relación porque todas las personas de alrededor van a entender esa ruptura, incluso algunas la veían venir.
“No es la distancia en kilómetros -aunque también puede ser una cuestión a tener en cuenta- es la distancia afectiva, cuando la otra persona ya no me entiende y de repente tiene unas aficiones o un proyecto común diferente al mío”, declara Sergio García.
Conductas
La distancia es factor importante, pero no siempre causa rupturas: Hay parejas que saben sacar lo necesario para mantener una convivencia, aunque no tan estrecha como antes.
No todo el mundo está preparado para tener un amor de lejos; hay que tener unos objetivos claros, un plan y ser fuertes. Se debe aceptar que sin la tecnología actual sería imposible conservar el vínculo.
En el momento en el que notas que das más que la otra persona, ahí empiezan los problemas. La clave es saber a dónde va su relación, no agobiarse por el futuro y disfrutar el presente.