Redacción. La muerte del compañero de vida puede sumir al adulto mayor en una desolación tan profunda que incluso lo orille a pensar que ya no tiene motivos para vivir. Sin embargo, la familia, los amigos y el hecho de sentirse útil pueden ser la clave para recuperar su bienestar.
La tanatóloga María Fernanda Morales, explica que cuando la pareja muere, el adulto mayor no sólo pierde a su esposo o esposa, sino también la comprensión de alguien que vivía las mismas situaciones difíciles que él.
'Con la pareja comparte el hecho de que ya están solos, comparten las dolencias físicas, viven las mismas pérdidas como cuando se jubilan o cuando los hijos se van, eso obviamente genera un entorno de comprensión que no tienen en otro lugar, entonces el adulto mayor se siente muy solo', explica.
Este cambio tan drástico en su vida cotidiana se traduce en momentos de depresión, desolación y desesperanza, dice la especialista, y la persona empieza a pensar que para él existe el pasado pero no el futuro.
Es en este momento cuando el adulto mayor debe echar mano de todas las relaciones significativas que tenga con sus hijos, sus nietos o su círculo de amigos.
'Al tiempo que se resguarda en el cariño y la comprensión de sus seres queridos, el viejo tiene que preguntarse qué herencia está construyendo para dejarle a las personas que le interesan y esto puede ir desde ayudar a criar a sus nietos, hasta darle un buen consejo a su hijo para mejorar su vida', explica.
Resignificar la vida propia y aceptar la nueva realidad también es importante, dice la tanatóloga, por eso aconseja rescatar los gustos y aficiones antiguos y unirse a un grupo de personas mayores con quienes comparta intereses y pueda alimentar su mente y su espíritu.
Después de haber trabajado, haber formado una familia y haber alcanzado las metas propias, dice Morales, el adulto mayor puede volver a saborear la alegría y el éxito pero a través de sus hijos y sus nietos.
'Pueden volver a vivir intensamente a través de sus seres queridos y el hecho de compartir estas experiencias también puede ayudarles en el proceso de superar su duelo', explica.
La tanatóloga María Fernanda Morales, explica que cuando la pareja muere, el adulto mayor no sólo pierde a su esposo o esposa, sino también la comprensión de alguien que vivía las mismas situaciones difíciles que él.
'Con la pareja comparte el hecho de que ya están solos, comparten las dolencias físicas, viven las mismas pérdidas como cuando se jubilan o cuando los hijos se van, eso obviamente genera un entorno de comprensión que no tienen en otro lugar, entonces el adulto mayor se siente muy solo', explica.
Este cambio tan drástico en su vida cotidiana se traduce en momentos de depresión, desolación y desesperanza, dice la especialista, y la persona empieza a pensar que para él existe el pasado pero no el futuro.
Es en este momento cuando el adulto mayor debe echar mano de todas las relaciones significativas que tenga con sus hijos, sus nietos o su círculo de amigos.
'Al tiempo que se resguarda en el cariño y la comprensión de sus seres queridos, el viejo tiene que preguntarse qué herencia está construyendo para dejarle a las personas que le interesan y esto puede ir desde ayudar a criar a sus nietos, hasta darle un buen consejo a su hijo para mejorar su vida', explica.
Resignificar la vida propia y aceptar la nueva realidad también es importante, dice la tanatóloga, por eso aconseja rescatar los gustos y aficiones antiguos y unirse a un grupo de personas mayores con quienes comparta intereses y pueda alimentar su mente y su espíritu.
Después de haber trabajado, haber formado una familia y haber alcanzado las metas propias, dice Morales, el adulto mayor puede volver a saborear la alegría y el éxito pero a través de sus hijos y sus nietos.
'Pueden volver a vivir intensamente a través de sus seres queridos y el hecho de compartir estas experiencias también puede ayudarles en el proceso de superar su duelo', explica.
