Comience una nueva relación con pie derecho

Lo más recomendable es evaluarse uno mismo y a su nueva pareja para ver si es algo realmente serio o pasajero.

Redacción. Cuando una relación llega a su fin, independientemente del motivo, hay tristeza y desilusión en la pareja, sobre todo cuando hay hijos.

La situación se torna incómoda porque ellos terminan convirtiéndose en los más afectados, debido a que ya no verán a sus padres convivir bajo el mismo techo. Lo importante radica en llevar ese distanciamiento a buenos términos y no dejar a un lado la labor de madre o padre.

Si esa unión o ese amor acabó allí y de nuevo se abre el corazón de una pareja, quizás no es tan fácil como usted cree porque los niños en muchas ocasiones se resienten y no aceptan esta nueva situación.

Los pequeños no suelen comprender cuando otra persona entra a ser parte de su entorno y menos cuando es parte de la vida de papá o mamá.

Según la sicoterapeuta Claudia Astrid Becerra Pedraza, para ellos puede ser una invasión de su espacio o su atención. Lo más recomendable es evaluarse uno mismo y a su nueva pareja, ver si es algo realmente serio o pasajero para que su hijo no tenga que estar lidiando constantemente con estos cambios.

En este proceso, lo más recomendable es dejar pasar un periodo mínimo de un año, ya que un divorcio no es nada fácil para el menor y los padres deben abstenerse de tener relaciones formales durante este tiempo para no terminar de afectar al infante. Poco a poco, ellos comprendan el cambio y la separación.

Por esa razón también es indispensable establecer una buena comunicación para que usted le haga ver al niño o la niña que nadie ocupará su lugar y su padre y su madre estarán con él en el momento que lo necesite. Recuerde que padre y madre solo hay uno y no es posible pretender reemplazarlos y hacer como si nada estuviera sucediendo.

Si el niño le dice a ese tercero “tú no eres mi padre o mi madre”, hay que responderles de manera serena que no lo son y explicarles. Es crucial pasar el tiempo y generar siempre confianza entre los dos.

La otra persona debe tener paciencia y entender la situación para que no se genere un ambiente incómodo y sea más difícil que haya aceptación del infante.

Principales prioridades

Los hijos de un anterior vínculo y la nueva pareja deben tener el mismo nivel de prioridad para cualquier persona que quiera establecer y construir una nueva relación, dice Claudia Becerra, terapeuta.

Los hijos y la nueva pareja son dos tipos de vinculación afectiva completamente distintos, así que no pueden ni deben entrar en “competencia”; si alguien establece una relación con una persona que tenga hijos de una unión anterior, debe saber que exigir un trato especial por sobre los hijos previos de la pareja es contraproducente. La regla para ello sería dar a ambos vínculos el mismo nivel de importancia, sabiendo que hay un “orden de llegada” que debe ser respetado.

Es muy importante respetar a la expareja de cada cual. Si no se logra esto y se crea tensión entre la anterior pareja y la nueva, con seguridad esto impedirá que los hijos puedan establecer un vínculo sano con la nueva persona y también casi se puede predecir que este nuevo vínculo de pareja se lesionará de manera grave.
Antes de una nueva relación, hay que tomarse el tiempo para cerrar completamente el vínculo con la pareja anterior; esto será percibido por los hijos como una muestra de respeto para todos después de la ruptura.


Antes de presentarla a sus hijos

1. Es importante dejar pasar un tiempo después de la separación. Hay que hablar con los hijos para que no sea como un encuentro casual, sino que puedan saber algo de esa persona antes de conocerla o conocerlo.

2. Los primeros encuentros deben ser breves como un almuerzo o una cena, preferiblemente fuera de casa. No hay que buscar reemplazos. La ausencia de cualquiera de los dos progenitores debe ser respetada.