La sensualidad ha sido el eje conductor de la colección, que se ha traducido en vestidos a modo de combinaciones semitransparentes que dejaban ver la ropa interior, bodys de estilo corpiño, faldas asimétricas con aberturas laterales, y medias con costura de diferentes colores propias de las primeras décadas del siglo anterior.
El triunfo de las prendas satinadas en esta colección es claro, aunque se dejan ver blazers con hombreras, tanto en formato ‘crop’ como de tipo ‘oversize’, que recuerdan a los modelos de la firma francesa durante la época del ‘Power Dressing’ de los 80.
El director artístico Casey Cadwallader se ayudó de los archivos al actualizarlos con un espíritu más contemporáneo y abierto.
Las siluetas blindadas y futuristas del fundador de la casa, Thierry Mugler, dan paso a ropa más accesible y ponible con líneas suaves.
“La base histórica del corsé se reconstruye como una segunda piel. Ahora flexible y que revela la destreza técnica del taller Mugler “co-mugler, dijo la marca en un comunicado. La belleza de esta colección es que está dirigida a todos, como nos sugiere la presencia de cuatro hombres en pantalones, que llevaban sandalias, tacones y con guantes largos. Pero también como muestra un vestido ultra corto que abraza el cuerpo y se adapta a todos los tamaños.
En la pasarela se vieron modelos de tallas grandes, de edad avanzada hasta transgéneros. Bella Hadid fue la Top Model de la velada.
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También incluye coloridos diseños con escotes y sacos extragrandes
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