Una línea inspirada en lo
femenino, exuberancia,
belleza y personalidad de la
mujer latina. Dale un vistazo a la propuesta de vestidos de gala para verano del
diseñador Ángel Sánchez.
Siluetas clásicas en las que predominan los hombros al descubierto y las faldas amplias en corte “A”, trabajadas con nuevas técnicas de bordado, integran la propuesta de vestidos de gala para verano de Ángel Sánchez.
“Es una línea inspirada en lo femenino, la belleza, la exuberancia y la personalidad de la mujer latina. Decidí no titularla, pero mi ‘mood board’ estaba lleno de rosa y de imágenes de palmas y playas. Por eso, su nombre debería ser ‘Flamingo Road’”, dice Sánchez desde NY.
La idea consistió en reeditar algunos diseños de sus colecciones previas más exitosas, como los
trajes estraples o tipo halter con grandes faldas y sutiles dobleces. A éstos les suma nuevos detalles y métodos de bordado, como los acetatos a tono, los arabescos de espejos cortados con láser y los pétalos de laminados de plásticos velados en chifón. El resultado, piezas que proyectan una feminidad moderna y atemporal.
Entre los materiales más usados están el faille de seda, para lograr propuestas con mayor dramatismo; el crepé y el chifón, para obtener ligereza, y el gazar de seda, para crear volúmenes.
En cuanto a la paleta cromática, Sánchez se atrevió a usar por primera vez el rosa como protagonista. “Es el color del momento, es fresco y joven”.
Siluetas clásicas en las que predominan los hombros al descubierto y las faldas amplias en corte “A”, trabajadas con nuevas técnicas de bordado, integran la propuesta de vestidos de gala para verano de Ángel Sánchez.
“Es una línea inspirada en lo femenino, la belleza, la exuberancia y la personalidad de la mujer latina. Decidí no titularla, pero mi ‘mood board’ estaba lleno de rosa y de imágenes de palmas y playas. Por eso, su nombre debería ser ‘Flamingo Road’”, dice Sánchez desde NY.
La colección incluye piezas que proyectan una feminidad moderna y atemporal.
|
Entre los materiales más usados están el faille de seda, para lograr propuestas con mayor dramatismo; el crepé y el chifón, para obtener ligereza, y el gazar de seda, para crear volúmenes.
En cuanto a la paleta cromática, Sánchez se atrevió a usar por primera vez el rosa como protagonista. “Es el color del momento, es fresco y joven”.