Si las limpias constantemente evitarás contagios por bacterias u hongos que producen brotes de acné o cualquier tipo de infección en el rostro.
Las esponjas deben lavarse cada vez que las utilices. Si utilizas las brochas con frecuencia, lo más recomendable es lavarlas al menos una vez a la semana o cada 15 días para evitar la acumulación de productos.
El proceso de limpieza es el mismo con cualquier tipo de brocha, lo único que puede cambiar es el movimiento que se realiza al enjabonar las cerdas de la brocha.
Existen movimientos circulares y movimientos de lado a lado, el cual dependerá de su diseño.
Para el aseo de las brochas y esponjas del maquillaje debes seguir este procedimiento: humedece la brocha y esponja con agua tibia, luego coloca jabón en tu mano, seguidamente masajea suavemente las puntas de las cerdas en tu palma y la esponja con la yema de los dedos, nunca utilices tus uñas; enjuaga bien.
Si sientes que todavía queda suciedad, deberás repetir el proceso hasta quedar completamente limpia.
Como siguiente paso, exprime el exceso de humedad con los dedos y una toalla limpia, luego deja que la brocha y esponja se sequen de manera natural sobre una toalla, evita secar las brochas boca arriba. Deben estar de manera horizontal con una leve inclinación boca abajo.
Para finalizar, una vez que están secas, guárdalas en un estuche sellado. Sigue estos consejos y prolonga la vida de tus brochas y esponjas.
Colaboración: Johana Matta
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