SAN PEDRO SULA.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica la depresión como un trastorno mental frecuente en el que abundan: tristeza, pérdida de interés, anhedonia (incapacidad de sentir placer), falta de autoestima, cansancio, falta de concentración, trastornos del sueño o el apetito y sentimiento de culpa.
Si no se toman medidas, puede convertirse en un desorden psicológico crónico o recurrente y complicar la vida de quien lo padece. En este sentido, se trata de la primera causa de discapacidad a nivel mundial y, a pesar de los avances en su investigación, las cifras no dejan de crecer.
Se trata de una de las enfermedades prioritarias para la OMS, con un gran número de acciones de prevención para la población de todas las edades: actividades en colegios, programas para padres de niños con problemas de conducta, planes de actividad física para adultos… Conocemos las causas y las principales consecuencias de la depresión.
Síntomas de la depresión: cómo identificarla
Los profesionales de atención primaria pueden diagnosticar fácilmente la depresión en una sola consulta. Pero, para ello, es necesaria la colaboración del entorno de la persona. Hay tres síntomas inequívocos que permiten identificar bien esta dolencia:
-Pérdida de interés por actividades que antes generaban alegría, pasión o algún tipo de reacción similar.
-Estado permanente de decaimiento, inapetencia, cansancio, tristeza…
-Aumento de la fatiga e, incluso, enlentecimiento de los movimientos.
A partir de estas tres primeras señales, otros indicios como la pérdida de apetito o las tentativas suicidas pueden marcar un nivel más o menos elevado de gravedad.
Tipos de depresión
Los más frecuentes son:
-Trastorno depresivo mayor. Se caracteriza por combinar varios síntomas de la depresión durante todo el día, casi todos los días de, al menos, dos semanas. Este tipo de depresión discapacita al paciente para completar o continuar con sus actividades diarias. Hay varios tipos: estacional, postparto, melancólico… En este caso, los síntomas de la depresión se mantienen durante un periodo más largo de tiempo: al menos, durante dos años. Además de estar permanentemente triste, el paciente sufre insomnio o hipersomnia, dificultad para concentrarse, pérdida o aumento de peso…
-Trastorno bipolar o maníaco depresivo. Son alteraciones caracterizadas por cambios bruscos en el comportamiento de la persona que los sufre.
-Desorden por otras causas. Por ejemplo, por la pérdida de un ser querido o por el consumo de sustancias.
Prevenir y tratar la depresión
La familia y los amigos de la persona que padece alguno de los tipos de depresión constituyen uno de los pilares fundamentales tanto para la prevención como para el tratamiento de esta enfermedad mental.
El entorno del paciente debe mostrarse comprensivo y ayudarle a mantener una actitud positiva, una vida activa y saludable y una dieta equilibrada. También debe sentirse cómo expresando sus empociones. Para todo lo demás, es necesario que el paciente siga las indicaciones del experto y el tratamiento que le apliquen:
Fármacos. Los medicamentos pueden ayudar a superar un trastorno depresivo, aunque no están recomendados para los casos más leves. Suele ser la primera medida en pacientes con depresión moderada a grave, aunque no siempre se obtienen resultados favorecedores con ella.
Terapia psicológica. La duración de este tipo de tratamiento dependerá tanto de la gravedad del trastorno como de la propia capacidad de evolución del paciente. Lo primordial es conseguir que este se conozca mejor y elimine las conductas que le llevan directamente a caer en depresión.
