Acudir con un especialista en nutrición para corregir hábitos alimenticios y encontrar actividades deportivas extracurriculares que le gusten son algunas de las recomendaciones que los especialistas hacen a las mamás que se enfrentan al problema de tener un hijo con sobrepeso.
En caso de que el pequeño sea objeto de burlas, la psicóloga Lourdes Ramírez Ruiz también sugiere que acuda a una terapia que le permita fortalecer su autoestima.
“Un hijo tiene que saber que puede conversar libremente con su mamá porque comparten las mismas preocupaciones sobre su peso corporal. Es por esa razón que necesita respaldo, aceptación y aliento”, indica.
Para la especialista es importante que el niño no sea objeto de un trato distinto debido a su obesidad.
“Se recomienda que la mamá trate de incorporar cambios graduales y saludables en la actividad física y hábitos alimenticios de toda la familia y se evite dejar de lado al niño con sobrepeso porque ‘está a dieta’”.
La nutrióloga Pamela Mar Carranza añade que hay tres razones principales por las que un niño es gordito: predisposición genética, sedentarismo y un consumo alto de calorías.
“Un niño con padres obesos, por ejemplo, estará predispuesto a serlo. También se puede presentar obesidad en caso de que el niño sufra algún trastorno psicológico. El sedentarismo les hace más obesos, por ello practicar una actividad física es esencial para su crecimiento y salud”.
Y es que es muy común que la mayoría de las actividades que realizan hoy en día se concentren en torno a la televisión, la computadora y los videojuegos.
También asegura que ofrecer comida rápida a los pequeños se puede convertir en una mala costumbre.
“Resultan muy atractivas por su aspecto, pero no llevan los nutrientes ni las vitaminas necesarias para que los niños crezcan fuertes y sanos”.
“Para esos padres lo más importante es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no comprometiendo el futuro de su salud. Esto ha provocado que el consumo de frutas, verduras y alimentos frescos disminuya, aumentando así su requerimiento calórico recomendado por día”.
Respaldo para los pequeños
Lograr que el niño con obesidad no se sienta mal es posible si hay mucha comunicación en casa y se le acompaña en el proceso de adaptación y disminución de peso.
“Los niños pueden sufrir insultos en la escuela, lo que les provoca sin duda una baja autoestima, hasta el punto de que muchos padecen ansiedad o incluso depresión”, expresa Ramírez Ruiz.
En caso de que el pequeño sea objeto de burlas, la psicóloga Lourdes Ramírez Ruiz también sugiere que acuda a una terapia que le permita fortalecer su autoestima.
“Un hijo tiene que saber que puede conversar libremente con su mamá porque comparten las mismas preocupaciones sobre su peso corporal. Es por esa razón que necesita respaldo, aceptación y aliento”, indica.
Para la especialista es importante que el niño no sea objeto de un trato distinto debido a su obesidad.
“Se recomienda que la mamá trate de incorporar cambios graduales y saludables en la actividad física y hábitos alimenticios de toda la familia y se evite dejar de lado al niño con sobrepeso porque ‘está a dieta’”.
La nutrióloga Pamela Mar Carranza añade que hay tres razones principales por las que un niño es gordito: predisposición genética, sedentarismo y un consumo alto de calorías.
“Un niño con padres obesos, por ejemplo, estará predispuesto a serlo. También se puede presentar obesidad en caso de que el niño sufra algún trastorno psicológico. El sedentarismo les hace más obesos, por ello practicar una actividad física es esencial para su crecimiento y salud”.
Y es que es muy común que la mayoría de las actividades que realizan hoy en día se concentren en torno a la televisión, la computadora y los videojuegos.
También asegura que ofrecer comida rápida a los pequeños se puede convertir en una mala costumbre.
“Resultan muy atractivas por su aspecto, pero no llevan los nutrientes ni las vitaminas necesarias para que los niños crezcan fuertes y sanos”.
“Para esos padres lo más importante es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no comprometiendo el futuro de su salud. Esto ha provocado que el consumo de frutas, verduras y alimentos frescos disminuya, aumentando así su requerimiento calórico recomendado por día”.
Respaldo para los pequeños
Lograr que el niño con obesidad no se sienta mal es posible si hay mucha comunicación en casa y se le acompaña en el proceso de adaptación y disminución de peso.
“Los niños pueden sufrir insultos en la escuela, lo que les provoca sin duda una baja autoestima, hasta el punto de que muchos padecen ansiedad o incluso depresión”, expresa Ramírez Ruiz.