México
Aunque no lo crea, desde la cocina puede hacerse mucho por quienes padecen de autismo. Varios estudios comprueban que un alto porcentaje de los niños con este padecimiento tienen una deficiencia enzimática que les impide desdoblar adecuadamente las proteínas, específicamente la caseína, el gluten y la de soya.
Karl Reichelt, médico e investigador noruego, fue de los primeros en plantear esta teoría tras darse cuenta de que el organismo de varios pacientes con autismo convertía las proteínas en péptidos opiáceos (caseomorfinas y gliadorfinas).
Exacto, como su nombre lo sugiere, estos productos a medio camino entre proteínas y aminoácidos tienen un efecto morfina: provocan alteraciones en los sentidos, la conducta y el aprendizaje.
Los especialistas equiparan sus efectos a los de consumir una droga: provocan adicción -muchos niños autistas solo quieren comer leche, pan, pizza, galletas, queso, yogurt y conductas como aislamiento, auto-estimulación, auto-agresión, insensibilidad al dolor y cambios radicales de humor.
La Liga de Intervención Nutricional contra Autismo e Hiperactividad A.C. ha determinado que una dieta sin gluten, caseína y soya es fundamental para una mejor aceptación del tratamiento biomédico y una mejor calidad de vida para autistas y su familia.
 El organismo de varios pacientes con autismo puede convertir las proteínas en péptidos opiáceos.
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“En tres meses empiezan a verse cambios y, asimismo, cambia el diagnóstico o abordaje terapéutico de un autismo severo o de mucho compromiso a menos, porque se quitó aquello que afectaba la percepción”, comenta Cecilia Fernández, presidenta del organismo.
Conózcalas y evítelas
Gluten: glucoproteína presente en cereales. Representa un 80% de las proteínas del trigo y está presente también en el centeno y la cebada. Es lo que da elasticidad a las masas de harina.
Caseína: fosfoproteína, presente en la leche y algunos derivados fermentados, como yogur y queso. Según la raza de la vaca, la leche contiene 3 o 4% de proteína en fase soluble y asociada al calcio.
Soya: se come las semillas y el germen; se usa también como base para salsas, harinas, sustitutos de leche.
Cambiee_SFlbLa leche: por sustitutos a base de papa, almendra, arroz, avellana, castaña o coco. Otra opción es la leche descaseinada, no deslactosada.
El gluten: por arroz, maíz, sorgo, amaranto, garbanzo, tapioca, yuca o avena, esta última recomendada bajo características que no resulten contraproducentes. En el mercado hay harinas de arroz, nuez, frijol y de garbanzo.
Cómo comenzar
Las recomendaciones de Cecilia Fernández para poner manos a la obra:
+ Aprenda qué alimentos contienen soya, gluten o leche y sus derivados y busque recetas libres de ellos. Almidón modificado, proteína vegetal hidrolizada, miso, salsa teriyaki, color caramelo, dextrinas, sopas en lata o sobre, salchichas, jamones y espesantes son algunas fuentes ocultas de gluten.
Lleve una bitácora que registre los alimentos de todo el día, evacuaciones, alergias o sensibilidades, hábitos de sueño y conducta.
+ Retire poco a poco todos los lácteos durante un mes, después el gluten y soya.
Es primordial tener los sustitutos necesarios y estar consciente de que algunos niños pueden presentar síndrome de abstinencia.
+ Sea consistente, no se dé por vencido, encontrará tentaciones por doquier. Escriba una carta informando a las maestras qué alimentos están prohibidos y pidiendo le hagan saber cualquier transgresión.
+ Desarrolle menús de desayuno, comida, cena, meriendas y lunch. Primero enliste alimentos libres de gluten y caseína (frutas, vegetales, pescado, carne, huevo, frijoles, lentejas, maíz) y luego añada sustitutos permitidos de galletas, pan, empanizador, “cremas” de verduras, gelatina sin colorantes.
+ Lo que no hay en casa, no se come. No compre tentaciones y cambie su despensa: harinas, condimentos, sazonadores, empanizadores...
+ Cocine las nuevas recetas y vea cuáles son las más aceptadas. Cuando sea posible, involucre a los niños en la preparación.
+ Pida la cooperación de toda la familia para seguir le dieta, hágales saber que es muy importante para su recuperación que todos la respeten.
+ Si su hijo tiene lenguaje o mejor comprensión, asigne un cajón especial a frutita seca, galletas sin gluten, papitas, palomitas y todo lo que sí puede tomar para una merienda. Puede decorarlo con su héroe favorito, su color predilecto o algo distintivo.
+ Retire de su vista lo que no le es permitido o puede hacer una pequeña trampa rellenando el galón del refri con un sustituto de leche.
Los buenos
- Eche mano de papa y camote fritos u horneados, no empanizadas o enharinadas.
- Sopas y panes preparados con harina de papa.
- Sustitutos de leche de almendra, papa, arroz, avellana o coco.
- Mantequilla de coco.
- Vegetales y verduras frescos.
-Frutas frescas y secas.
- Palomitas de maíz naturales sin dulce o mantequilla.
- Arroz en todas sus gamas, de preferencia integral, harina de arroz para pastelería.
- Maíz en todas sus formas: tortillas, tostadas, pupusas, arepas, tamales. En hojuelas e inflado como cereal sin azúcar adicionada, sopas y panes hechas con harina de maíz, fécula de maíz.
- Almendras, nueces, castañas, pistachos, nuez de la India (a menos que sean alérgicos o tengan oxalatos elevados).
- Carne fresca, pollo, res, mariscos y pescado (evite pescados grandes por estar muy contaminados, prefiera sardinas, salmón, trucha, tilapia).
- Huevos y mayonesa.
- Frijoles, habichuelas, habas, garbanzos y lentejas
Dígales adiós
Leche y productos lácteos, como crema, quesos, yogurt, flanes, helados.
- Trigo en panes, pasteles, galletas, espaguetti, pizza, sopas de pasta.
- Centeno, cebada, soya.
- Chocolates de leche.
- Glutamato.
- Consomé o cubitos.
- Salsa de soya.
- Vinagre, margarina, malta.
- Jugos para carnes y salsas de color café.
- Cerveza.
- Colores y sabores artificiales
- Aspartame, sucralosa, sacarina.
