La importancia de los ‘hobbies’ para los niños

El inscribir a los niños en actividades extracurriculares les brinda la oportunidad de descubrir sus verdaderos talentos y habilidades

  • 26 sep 2017

El arte, en cualquiera de sus expresiones, debe existir en la vida de un niño para potenciar sus habilidades y desarrollo, coinciden especialistas.

Viviana Díaz, maestra de artes, enfatiza los beneficios cognitivos que deja pintar, tomar fotos, tocar un instrumento, bailar, actuar o lo que sea que el niño elija.

Al respecto, Díaz dice que está comprobado que un niño que estudió música antes de los 8 años tiene el corpus callosum (el haz de fibras nerviosas más extenso del cerebro humano) más desarrollado que un niño que nunca tuvo una experiencia así.

Beneficios. Exponer a los niños a muchas actividades diferentes para que descubran qué les gusta, qué no, y en qué son buenos, es una ruta a seguir para que, desde chicos, empiecen a descubrir en dónde se quieren ver a futuro. Al poner en práctica lo anterior, esto le dará a los niños la oportunidad tanto de conocer sus talentos y sus habilidades como las áreas a desarrollar y así no estancarse en una sola idea de proyecto de vida.

“Una aptitud es que tú tienes ya una cierta predisposición, que eres bueno para hacer ciertas cosas pero no significa que no tengas otras que no sean tan evidentes”, dice Adriana Repellín, pedagoga. “En los niños suelen ser muy claras las aptitudes en todo lo que es físico como los deportes pero no hay que dejar de lado las demás como lo intelectual”.

Por ello, la especialista recomienda acercarlos a actividades como la música, idiomas, ajedrez, robótica, oratoria y deportes y participar en simuladores y experimentos.

Four years old girl looking through painted hands.

El dibujo, la pintura, la danza y la música son los pasatiempos más populares entre los niños.

Motivación. La pasión es otro de los elementos que hay que considerar pues, aunque estudien mucho para algo y lo aprendan, si no tienen esa motivación extra porque les gusta terminarán por aventar la toalla.

En ese sentido, explica que las actitudes frente a la vocación se dividen en tres: ‘ser agente’, ‘ser actor’ y ‘ser autor’.

La primera se define como alguien que sólo toma como punto de partida las habilidades dadas por la naturaleza y se rige por estas, por ejemplo, alguien que cocina muy bien y se cierra sólo a ser chef. Por otra parte, Repellín enfatiza que en lo que respeta a ‘ser actor’ y ‘ser autor’, lo ideal es que los niños tomen las riendas del guión de su vida bajo el esquema de ‘autor’ para no despertar un día y pensar: ‘¿cómo llegué aquí?’ esto no es lo que yo quería’, lo cual sucede en la faceta de ‘actor’. “Lo que necesitamos es que sean autores porque van a tener un sentido de satisfacción y de logro.

Los actores se quedan con lo que te dijeron que hicieran y ahí van a tener cierta impotencia o frustración porque ellos no tomaron la decisión”.

En ese contexto, la académica sugiere a los papás acompañar al niño en sus sueños.“Muchas veces los papás están cegados con ciertos prejuicios que tienen hacia ciertas carreras, profesiones y sueños. No ven el potencial que podrían tener”.