Algunas frutas y verduras se han vuelto populares y crece el interés por ellas. Parte de la población sigue estas modas para poner remedio a algún tipo de problema de salud, según la nutricionista Ana Molina.
De la misma manera que un alimento por sí solo no tiene el “poder” de curar una enfermedad de manera inmediata, la nutricionista puntualiza que para obtener sus beneficios se deben consumir de por vida.
En esta ocasión hablamos de la coliflor, que pertenece a la familia de las crucíferas, a la que también pertenecen el brócoli, las coles, la rúcula, el nabo o el rábano.
Propiedades
Según Ana Molina, la coliflor se caracteriza por su contenido en vitaminas B5, B6, vitamina C y K, además del ácido fólico y su contenido en potasio. Pero, ¿qué función tiene cada uno de estos elementos en nuestro organismo?
-Una dieta pobre en vitamina B5 puede ocasionar fatiga, dolores de cabeza, temblores y dolores intestinales, “aunque se encuentra en tantos alimentos que su déficit es raro”, asegura la nutricionista.
-La vitamina B6 ayuda a la producción de neurotransmisores, esenciales para el cerebro y el sistema nervioso. No obstante, es “más reconocida” por contribuir al funcionamiento adecuado del sistema inmune.
-La vitamina C ayuda al fortalecimiento del sistema inmune y a favorecer los procesos de cicatrización y absorción del hierro, además de ser un “potente” antioxidante.
-La acción principal de la vitamina K es asegurar una “buena coagulación de la sangre y por tanto que no nos desangremos cuando nos cortemos”.
-El ácido fólico es “popularmente” conocido por su administración en mujeres embarazadas para evitar malformaciones fetales, además de contribuir al mantenimiento del sistema inmunitario.
-Y el potasio, enumera Molina, contribuye al control de la presión arterial, al mantenimiento de la contracción muscular, impulsos nerviosos y al buen funcionamiento de riñones y corazón.
Prevención de enfermedades
Como el resto de su familia crucífera, la coliflor es rica en glucosinolatos, es decir, en compuestos que, según Molina, se han clasificado como beneficiosos dentro de la prevención del cáncer.
En concreto, los isotiocianatos son capaces de actuar como “potentes armas” contra esta enfermedad gracias a la activación de proteínas que previene la aparición de células cancerosas o a actuar contra las ya presentes.
Cómo y cuándo consumirla
Aunque la coliflor se pueda encontrar disponible a lo largo de todo el año, la temporada en España tiene lugar entre noviembre y abril. En cuanto a la manera de consumir este alimento, Ana Molina recomienda hacerla al vapor para que “no pierda sus propiedades en el agua de cocción”.
¿Todo el mundo debe consumirla? No
Más allá de los múltiples beneficios de esta verdura, Molina advierte que se deben tener en cuenta “ciertos aspectos potencialmente negativos escondidos en la coliflor”.
Su contenido en fibra y compuestos azufrados, comenta, puede causar una difícil digestión y flatulencias en algunas personas. Como sugerencia, Molina señala el consumo de una infusión de anís o manzanilla, después de haber comido coliflor, para facilitar su digestión.
Otro grupo de población que deberá moderar su consumo, según la nutricionista, son aquellos que padezcan hipotiroidismo. Sin embargo, si la coliflor se cocina adecuadamente, “al parecer, este efecto desaparece”.
Aplicar la teoría de Einstein
Según opina la nutricionista, no sería descabellado decir que se debería comer una pieza del grupo crucífero cada día; rotando, para ir obteniendo sus diversos beneficios.
Pero, para ello, Molina aconseja romper con los prejuicios preconcebidos y atreverse a probarlas de formas diferentes. Einstein, rememora Molina, argumentaba que si siempre se hace lo mismo, siempre se obtendrá el mismo resultado. Por esta razón, la nutricionista anima a los consumidores a innovar en la cocina con recetas “totalmente diferentes” a las que se hacían hasta ahora.