Para muchas personas diciembre se escribe con “D” de desborde emocional y desgaste nervioso, porque manejar y resolver simultáneamente las múltiples obligaciones del hogar, el trabajo y los preparativos para las fiestas, supone una enorme fuente de estrés que provoca extenuación psicológica y física.
“La estrategia más adecuada para controlar el estrés navideño y evitar que se desgaste y agobie, depende de la actitud con que se afrontan estas fechas e, incluso, del tipo de personalidad.
Cuánto más exigente es una persona consigo misma y sus resultados, mayores niveles de estrés tiende a sufrir”, explicó la psicóloga clínica María de los Ángeles Barja.
Según la experta “las personas perfeccionistas creen que las cosas deben salir siempre redondas, y cuando esto no sucede se sienten mal y se muestran hostiles contra ellas mismas y quienes les rodean. No admiten ningún fallo y se disgustan por nimiedades que, a otras personas, les pasan inadvertidas”.
Un perfil psicológico próximo al de los perfeccionistas, según Barja, es el de los controladores. “Las personas que quieren controlarlo todo y a todos consumen mucha energía física y emocional al supervisar tareas de quienes les rodean y estar pendientes de las más mínimas iniciativas de los demás”.
“Una forma de reducir ese agobio consiste en “educar”: por ejemplo hay que enseñar a los hijos a decorar el arbolito, servir la mesa o envolver los regalos, para que participen en estas fechas tan especiales.
Si se equivocan, ¡no pasa nada!: para aprender a caminar debieron caerse y levantarse cientos de veces, igual que le ha ocurrido al controlador”, señala Barja.
Socializar es una importante parte de las fiestas de Fin de Año, pero para muchas personas que sufren ansiedad social o sienten timidez en las reuniones festivas, resulta una fuente de estrés.
Para conversar y romper el hielo, el doctor Martin Antony, profesor de psicología de la Universidad de Ryerson en Toronto, (Canadá) aconseja: “sonría y mire a los ojos.
Actúe de forma abordable y abierta en la conversación. Únase a una charla que ya esté en curso; lo ideal es agregarse a un grupo que converse sobre un tema que le interese. Haga preguntas y escuche activamente”.
Convertir el estrés en nuestro aliado
“El estrés se produce cuando creemos que una situación desborda nuestros recursos o capacidades. Pero podemos aprender a hacer del estrés nuestro aliado y aprovechar su presión para dedicarnos positivamente al desafío de organizar las fiestas.
El esfuerzo es grande, pero se hace más llevadero si va dirigido hacia algo que tiene un verdadero sentido positivo”, señala Barja.
“Para convertir el estrés en nuestro aliado, hay que ver la organización de las reuniones como algo positivo, centrándose en los aspectos más agradables de las Navidades, y pensando que las cosas saldrán bien y en todo lo que disfrutaremos, en vez de quejarnos por las dificultades que se presentan”,
Por su parte Silvia Ribas, experta en organización de eventos festivos y actividades lúdicas y artísticas indica que “antes de hacer listas de tareas y compras y de preparar presupuestos, hay que decidir qué podemos hacer y qué no, de forma realista, ya que abarcar demasiado puede ser estresante y extenuante”.