A los padres les preocupan los niños que son quisquillosos para comer, ¿pero cuál es la solución?

Los niños pasan por varias etapas de desarrollo, y parte de eso implica un sentido del gusto cambiante

Estados Unidos

Las batallas nocturnas a la hora de la cena que muchos padres tienen con niños que son quisquillosos para comer pueden ser agotadoras. Ahora, una investigación sugiere que presionar o recompensar a esos niños para que coman de forma más saludable podría resultar contraproducente.

'Esas prácticas pueden reforzar que sean quisquillosos para comer, aumentar las preferencias por alimentos malsanos, y conducir a un aumento excesivo de peso', advirtió en una declaración la autora del estudio, Holly Harris, del Centro de Investigación en Salud Pediátrica de la Universidad de Tecnología de Queensland, en Australia.

Un pediatra de Estados Unidos se mostró de acuerdo.

'Los padres que gestionan a los niños que son quisquillosos para comer con coerción o sobornos podrían estar preparando al niño para problemas en el futuro', señaló el doctor Michael Grosso, presidente de pediatría en el Hospital de Huntington de Northwell Health, en Nueva York.

En el estudio, los científicos australianos dieron seguimiento a más de 200 mamás y papás. Sus hijos tenían entre 2 y 5 años de edad, y las familias provenían de un área pobre de Queensland.

Los padres respondieron a preguntas sobre ellos mismos, sus hijos, los hábitos de alimentación de sus hijos, sobre cómo respondían a los patrones de alimentación de sus hijos, y si se preocupaban o no por la forma en que sus hijos comían.

Las mamás y los papás parecían estar de acuerdo en si el niño era quisquilloso para comer o no. Pero las mamás se preocupaban más sobre la conducta de alimentación de sus hijos, y se sentían más angustiadas por los llantos, los berrinches y las arcadas.

Los investigadores sospechan que la preocupación adicional de las mamás podría ser el motivo de que fueran más propensas a intentar sobornar o presionar al niño para que comiera. Los papás también intentaban presionar a sus hijos para que comieran. Pero los investigadores apuntaron que no se debía a una preocupación respecto a que el niño fuera quisquilloso para comer. En lugar de eso, los investigadores creen que los papás podrían simplemente estar intentando acortar la batalla para comer.

¿Qué pueden hacer los padres para aliviar los berrinches a la hora de comer?

Grosso y la psicóloga Judy Malinowski ofrecieron sus opiniones, y ambos concurrieron en que es muy importante que los padres comprendan qué es normal en el desarrollo de sus hijos.

'Los niños pasan por varias etapas de desarrollo, y parte de eso implica un sentido del gusto cambiante. Quizá esta semana no les guste lo que les gustaba la semana pasada, y esto puede deberse a la textura, el color o el olor de la comida', explicó Malinowski, de Ascension Eastwood Behavioral Health en Novi, Michigan.

Grosso dijo que el mayor problema que ve con la alimentación es que los padres creen que los niños están comiendo demasiada poca comida. Pero los niños pequeños no necesitan mucha comida.

'La mayoría de los niños autorregulan su ingesta de alimentos de forma adecuada', dijo, y añadió que con frecuencia calma a los padres mostrándoles que su hijo está justo donde debería según las tablas de crecimiento.