Contra el berriche: amor y disciplina

La idea es interrumpir ese comportamiento y corregir a edades tempranas esa conducta para evitar su progresión

  • 26 sep 2018

MÉXICO.

El tipo de crianza explica hasta en 40% la presencia de problemas de conducta en la infancia e incluso males mentales.

Así que si quiere evitar que su hijo desafíe la autoridad, sea agresivo, mentiroso o padezca ansiedad y depresión, es fundamental que haga un alto para evaluar si su forma de educarlo es coercitiva o positiva.

Hasta 63% de familias en este país usa la coerción como estrategia de disciplina, lo cual puede poner en peligro a los niños, quienes en la adolescencia son más propensos a desarrollar conductas de riesgo, como el uso de drogas.

“Se incrementa la probabilidad de que (los hijos) se puedan ver involucrados en conductas peligrosas, como adicciones y delincuencia”, asegura Nancy Amador, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría. Explica que la negligencia, falta de supervisión y vínculos con los padres y una disciplina contradictoria y dura también son detonantes.

Un estudio financiado por Conacyt y encabezado por la investigadora a 222 estudiantes de cuarto y quinto año de cuatro escuelas primarias de la Ciudad de México, reveló que 23% presentó combinación de males emocionales con problemas de conducta y 2.5% problemas conductuales.

De acuerdo con la experta, ansiedad y depresión son las principales enfermedades mentales que presentaron los niños; mientras que los estudiantes con problemas de conducta son desafiantes hacia la autoridad, y siempre están en contra de las órdenes. Suelen hacer berrinches e incluso ser agresivos, además de que molestan a otros deliberadamente, son rencorosos, vengativos o mentirosos.

Por lo que es fundamental que los papás ejerzan una crianza positiva. Hay que destacar conductas positivas de sus hijos, ser cariñosos y mostrarles afecto y apoyo, así como una disciplina consistente.

Con ello se tendrán muchos mejores efectos en la autoestima y en sus competencias sociales y académicas, asegura la experta.

“Por ejemplo, si preguntamos a mamás y papás... una cosa que su hijo haya hecho bien, dicen: ‘Se portó mal’. Preguntamos: ¿Te dijo buenos días? ¿Puso la mesa? Son cosas pequeñas que están haciendo bien y hay que estimular esos comportamientos”.

Para la especialista, es relevante que los papás o cuidadores pongan en práctica estrategias de crianza vinculadas a reducir la disciplina coercitiva y fomentar el ambiente positivo. Lo primero es que se tienen que establecer límites claros y positivos sin llegar a los golpes o a cuestiones en detrimento de la integridad de los menores.

Otra estrategia consiste en solucionar problemas en familia de forma que pueda enseñarse a los hijos con el ejemplo.

El involucramiento debe ser positivo, es decir, hay que supervisar sin ser invasivo. Se deben estimular los buenos comportamientos.

Además, es fundamental que aprendan a identificar y manejar sus emociones es decir, si no tienen paciencia, si no son cariñosos o explotan rápidamente.