Cuatro hábitos para recuperar la pasión

El orientador Fady Bujana explica los cuatro hábitos necesarios para disfrutar de un amor excelente y da las claves para mantener o recuperar la pasión sin cambiar de pareja

Redacción. Crees que tienes que conformarte con vivir una vida de pareja sin pasión en la que cada uno se queda atrincherado en su lado del sofá o de la cama sin nada, o quizá solo un poco de roce?

El orientador Fady Bujana (www.fadybujana.com) da un rotundo ¡no! a esa posibilidad y advierte que jamás hay que resignarse a sobrevivir en una relación carente de intimidad y pasión, ya que podemos alcanzar “la plenitud de nuestro corazón y, ¡lo mejor, sin cambiar de pareja!”

“Aunque en algunas ocasiones se tiene que terminar, en otras, rompemos con nuestra pareja cuando queda todavía mucho por delante”, explica este especialista en relaciones de pareja.

En su último libro, El amor excelente, Bujana revela los cuatro hábitos para mantener la pasión en la pareja y alcanzar la plenitud en la relación, y comparte unas sencillas recomendaciones para ponerlos en práctica:


1. EMPATÍA
Para Bujana, la empatía es la capacidad de escuchar para poder ver el mundo a través de los ojos del otro y “requiere aplicar una buena dosis de humildad, porque lo que queremos es percibir los latidos de la vida en su fuero interior, con curiosidad y amor, sin enjuiciarlo desde una supuesta superioridad moral”.
“Una forma de cultivar la empatía en la relación es pedir a nuestra pareja que puntúe, libremente, la relación que mantenemos y luego tratar de ver la situación ‘a través de sus ojos’”.

2. ENTUSIASMO
“La pasión es una energía que emana de nuestro propio espíritu: la sentimos cuando hay inspiración, y estar inspirado significa estar en espíritu, presente dentro de nosotros mismos. Cuando estamos en esta situación tenemos un mayor nivel de energía y más entusiasmo: ¡ahí es donde vive la pasión!”, destaca.
Añade que el mero hecho de reemplazar la basura mental y las rutinas nefastas por otras más positivas “hará que suba la energía en la pareja y esta es la verdadera meta: ¡vivir con pasión!”, puntualiza.

3. ESPIRITUALIDAD
“Dentro de la relación, estar en espíritu significa ser capaz de volver a conectarse con la esencia del otro y de uno mismo, ya que cuando se conecta a este nivel, no hay miedo, reproches, malas intenciones, dobles sentidos o agendas ocultas y solo existe el amor”. De acuerdo con Bujana, la inspiración es una gran obra de amor y el antídoto del miedo, y uno de sus eslóganes es “vive inspirado, no asustado”.

4. EROTISMO
“A fin de mantener el erotismo detrás del telón, la sociedad inventó el prejuicio y todos caímos en la trampa: cultivamos prejuicios sobre los demás y nosotros mismos en lugar de cultivar una sexualidad sana y regeneradora”, reconoce.

Por eso aconseja “dejar salir las historias eróticas que yacen dentro de nosotros, contemplarlas y disfrutarlas como algo natural y sano con nuestra pareja y una expresión de la creatividad de nuestro propio ser, sin juicios ni prejuicios, ya que lo que se reprime se ensucia. Aflorar nuestra personalidad erótica aportará un elemento novedoso a nuestra vida íntima aumentando los niveles de pasión, conexión y confianza con nuestra pareja”, enfatiza.


CADA DÍA, ¡GRATITUD, AMOR Y PASIÓN!
“No hay nada más fácil que despertar por la mañana con multitud de reproches hacia el otro. Si no hacemos nada para remediar esta situación y seguimos con los reproches a lo largo del día, estaremos destruyendo el amor”. Si cada día, al despertar, tomamos de forma consciente la decisión de crear amor en lugar de reproches y decidimos colocarnos interiormente en una actitud de gratitud y contribución hacia el otro con entusiasmo y curiosidad, estaremos escribiendo un nuevo capítulo en el gran libro del amor.

¿Recordamos aquellos momentos iniciales en los que nuestra pareja era lo más importante, el número uno? Eso era lo normal, había pasión, pero poco a poco se instaló la rutina y la pasión fue disminuyendo…
¡Si queremos recuperarla tenemos que volver a colocar a nuestra pareja en su lugar: ¡que sea nuestro número uno!