Como una pesadilla describe Ada Azucena Méndez Gonzales lo que vive luego de que delincuentes mataran a su hija Maryuri Azucena Murillo Méndez (de 25 años) e hirieran seis familiares más cuando ingresaban a su casa en la colonia Reforma de la ciudad de Tapachula, México, la noche del domingo 28 de julio.
La acongojada madre, que ahora reside en Estados Unidos, compartió su desgarrador relato con LA PRENSA. En 2019 huyó de Honduras después de que mataran a su pareja, Cándida Rosa Osorto, debido a amenazas extorsivas de una banda criminal que también las discriminaban.
Detalló la forma tan cruel cómo murió su hija y lo que pasa con sus familiares que se encuentran en un centro asistencial mexicano recuperándose de las heridas que sufrieron por la lluvia de balas que les dispararon sus atacantes.
Identificó a los sobrevivientes como Blanca Abadeza Martínez Pérez (de 32), su sobrina; José Carlos Dubón Hernández (de 28) esposo de esta, y la hija de ambos de 6 años. Asimismo, José David Benítez (de 22), Jeferson Manuel Benítez Velázquez (de 20) y Cristian Enmanuel Benítez (de 24), esposo de Maryuri.
“Mi hija y los demás familiares estaban llegando a la casa luego de ir a comprar al supermercado comida ya que siempre permanecían juntos. Fue en ese momento que los delincuentes llegaron en dos vehículos y sin decir nada empezaron a dispararles, pero desgraciadamente a mi hija sí me la mataron. Los hombres pretendían rematarlos, pero en eso un vecino les disparó y entonces se fueron del lugar, pero dejaron uno de los carros abandonados”, contó. Las autoridades indicaron que el hecho se produjo a eso de las 7:00 pm (hora mexicana) y que en la escena había casquillos de fusiles AR15 y AK47.
Travesía
Ada Méndez Gonzales indicó que junto con Maryuri salió de Honduras en 2019 y cuando estaban en México esperando el asilo para entrar a Estados Unidos, su hija decidió regresar porque un hermano se había quedado en Honduras. Fue en mayo de 2024 que Maryuri, originaria de La Lima, Cortés, emigró nuevamente junto con sus familiares y se quedaron en tierra azteca.
Ella estaba en el proceso para su residencia en México y pese a que ya estaba pronto a poder ingresar a Estados Unidos, no quiso dejar solos a su demás acompañantes con los que sufrió discriminación en Tapachula, una ciudad atestada de delincuencia y en donde varias veces fueron objeto de asaltos, dijo la mujer.
“Ella me decía que tenían miedo de estar en ese lugar y que veía cosas raras. Me dijo que los discriminaban siempre, incluyendo las autoridades policiales, pues una vez interpusieron una denuncia por un asalto, pero estas no les hicieron caso. Al sentirse en peligro, pidieron a las autoridades que les llevaba el caso de asilo que los trasladaran a Tijuana, pero se los negaron. Ellos buscaron ayuda en la diferentes lugares como la Fiscalía de Migrantes, la Policía, incluso el 911, porque ellos veían que gente los seguía incluyendo los asaltantes que los despojaron del poco dinero que llevaban”, acotó al tiempo de lamentar que las autoridades mexicanas no hayan ayudado a su familia.
Para saber
Azucena Méndez indicó que espera que las autoridades hondureñas le ayuden a repatriar el cuerpo de su hija para que sea sepultado en Honduras.
“Yo los responsabilizo por la muerte de mi hija porque no les ayudaron cuando se les pidió que los trasladaran a Tijuana, ellos tenían miedo y no era de desconocimiento de ellos que corrían peligro”, manifestó entre lágrimas.
La Cancillería hondureña indicó que ya fue instruido el consulado en Tapachula para que coordinen con las autoridades mexicanas la investigación del ataque.
Itsmania Platero, defensora de derechos de migrantes, señaló que es “urgente que las autoridades tanto mexicanas como hondureñas den asistencia a la familia a fin de salvaguardar la vida de todos los sobrevivientes”.
