14/12/2025
11:14 PM

Más luto en Intibucá

El exceso de velocidad y la inexperiencia de un joven conductor se conjugaron para provocar un aparatoso accidente automovilístico que conmovió de nuevo a las comunidades del sector de Occidente.

El exceso de velocidad y la inexperiencia de un joven conductor se conjugaron para provocar un aparatoso accidente automovilístico que conmovió de nuevo a las comunidades del sector de Occidente.

Tres muchachos resultaron muertos y otras tres personas heridas durante el percance ocurrido en el sector conocido como Pueblo Viejo, unos dos kilómetros antes de entrar a esta ciudad.

Los fallecidos son Jorge Alberto Escoto Rodríguez, 17 años; Johnny Cedillo, 21 y Erick Noé Ayala, 21, quienes se conducían en un vehículo Toyota Corolla con procedencia de Jesús de Otoro.

Se metió debajo

Escoto Rodríguez le había pedido las llaves del vehículo a su madre Josefa Rodríguez, con el pretexto de ir a comprar un galón de gas kerosene a Otoro, aduciendo que en las gasolineras de La Esperanza no había encontrado el carburante.

Cuando regresaba de aquella comunidad en compañía de sus dos amigos, perdió el control del volante en una curva supuestamente por esquivar dos baches de reparación que había en el pavimento y fue a impactar contra un camión ferretero que circulaba en sentido contrario.

No cabe duda que el muchacho, quien era estudiante de un colegio local, manejaba a exceso de velocidad, según se deduce por las huellas de frenada que quedaron en el pavimento y por la forma en que quedaron ambos vehículos, según dijo uno de los fiscales que llegó a investigar el accidente. En efecto, el Toyota Corolla quedó debajo de la carrocería del camión con sus tres ocupantes a bordo, que resultaron con sus cráneos deshechos tras el fuerte impacto. Fue necesario traer una grúa para levantar el camión marca Isuzu Forward y poder sacar el amasijo de latas y restos humanos en que quedó convertido el Toyota y sus ocupantes.

Según el estudio hecho por las autoridades de Tránsito y la Fiscalía en el lugar, el turismo se metió debajo del camión por el lado izquierdo de éste en una forma tan estrepitosa que le desprendió el tren delantero de la dirección.

No tenía licencia

El camión era conducido por Marvin Agapito Silva, quien presionó con fuerza el freno al no poder esquivar al Toyota, al que se llevó arrastrado bajo su carrocería, por un espacio de diez metros, según las huellas dejadas por las llantas en el asfalto.

Silva era acompañado por su ayudante José Bonilla y Moisés Coello, quienes resultaron heridos. Bonilla fue trasladado al hospital de La Esperanza con un brazo fracturado y un pedazo del vidrio delantero del camión incrustado en su espalda, pero debido a la gravedad de sus lesiones fue referido en una ambulancia al Hospital Escuela de Tegucigalpa.

Coello fue dado de alta ayer mismo del hospital de La Esperanza, mientras que el conductor del camión fue remitido a la policía con una pierna golpeada.

Tras sacar los cuerpos del vehículo, autoridades de medicina forense procedieron al reconocimiento de los cadáveres, que presentaban un cuadro dantesco sobre el pavimento ante la mirada de los muchos conductores que se detenían a averiguar lo sucedido.

Uno de los familiares de Escoto Rodríguez que llegaron al lugar, manifestó que la madre del muchacho tenía apenas 15 días de haber comprado el Toyota. Autoridades de Tránsito confirmaron además que el joven no tenía permiso para conducir.

También dijo que Jorge Alberto y Johnny Rodríguez eran muy buenos amigos y además vecinos. Ambos vivían el barrio Buenos Aires. Johnny era bachiller, hijo del hacendado Conrado Cedillo. Mientras que Ayala era albañil.

Hecho

El accidente se produjo a sólo tres días en que un bus repleto de pasajeros que se conducía a Jesús de Otoro, se fue a un abismo dejando un saldo de 27 muertos y decenas de heridos.

Estudiante

Dentro de los restos del turismo que quedó prácticamente partido, se encontraban cuadernos del conductor quien era estudiante del tercer año del Instituto Martiniano Aguilar.

Kerosene

Dentro del baúl, que quedó abierto por el golpe, se observaba además un galón verde que supuestamente contenía el gas kerosene comprado por los hoy occisos en Jesús de Otoro.

Viaje

Marvin Agapito Silva regresaba de La Esperanza donde había dejado un cargamento de varillas, cuando se produjo el encontronazo. El camión que conducía es propiedad de Improfa.

'Me dio pesar ver cómo quedaron los cuerpos'

Marvin Agapito Silva, conductor del camión, manifestó que no pudo esquivar al vehículo Toyota cuando de repente se le vino encima, pese a que conducía a poca velocidad. 'Yo no podía ir corriendo porque iba subiendo una cuesta', relató el chofer mientras se encontraba detenido en el club de tropa de la policía en esta ciudad, con una pierna lesionada.

Dijo que el conductor del otro vehículo le quitó el derecho de vía cuando circulaba a exceso de velocidad rumbo a La Esperanza. 'Cuando menos acordé fue el bombazo, aunque quise esquivarlo, ya no pude'. Insistió que está consciente que no tuvo culpa en absoluto, pero que le dio mucho pesar haber visto la forma en que quedaron los cuerpos dentro del carro.