Tegucigalpa, Honduras.
La tranquilidad y la gobernabilidad parecen haber regresado al centro de internamiento para menores infractores Renaciendo, luego de haber sido trasladados los diez cabecillas de la pandilla 18.
Los menores fueron trasladados hace más de 24 horas al Comando de Operaciones Especiales Cobras. Fuentes revelaron que se decidió separar a los infractores que durante más de una semana protagonizaron actos violentos dejando dos muertos y ocho heridos.
“Se colocaron en grupos de tres o cuatro pandilleros en cada celda, todos de la misma edad”, informó la misma fuente. Agregó que los tienen encerrados para evitar que se vuelvan a organizar y vuelvan a ocasionar problemas. Una de las medidas tomadas es que las salidas serán controladas y vigiladas por las autoridades.
“Anoche (sábado) no hubo problemas, nada de insultos, todos durmieron tranquilos. Ellos (los cabecillas) eran los que planificaban todo, ellos daban las órdenes de lo que tenían que hacer y cómo hacerlo”, explicó la fuente refiriéndose a los trasladados.
Algunos de los que f ueron llevados a las instalaciones de los Cobras ya alcanzaron la mayoría de edad, pero estaban en Renaciendo debido que fueron condenados como menores y no los remitieron a la cárcel de adultos.
Los Chirizos se encuentran en el área conocida como filtro, una edificación que funcionaba como oficinas que está en la entrada del centro donde permanentemente hay vigilancia. Los integrantes de esta organización criminal duermen en el mismo módulo, ya que en ese lugar no hay celdas. “Ellos no han dado problemas, han sido los de la 18 que los han atacado”, aseguró la fuente.
Sin registros
El sábado, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) intervino Renaciendo y colocó 200 elementos para vigilar y resguardar el centro.
El descontrol era tal que ni las autoridades sabían cuántos menores estaban internos.
El día de los homicidios se dio a conocer que había 152 menores, de los cuales 125, entre ellos 74 pandilleros de la 18, se habían aliado para asesinar a los 27 chirizos. Según el censo, son 170 los menores infractores que tienen medidas privativas a la libertad. Las autoridades elaboraron el expediente de cada uno, se les tomó fotografías de su rostro, de sus tatuajes, se tomaron sus huellas dactilares, nombre, edad, lugar de nacimiento, dirección de residencia, nombre de sus padres y la organización criminal a la cual pertenecen.
La tranquilidad y la gobernabilidad parecen haber regresado al centro de internamiento para menores infractores Renaciendo, luego de haber sido trasladados los diez cabecillas de la pandilla 18.
Los menores fueron trasladados hace más de 24 horas al Comando de Operaciones Especiales Cobras. Fuentes revelaron que se decidió separar a los infractores que durante más de una semana protagonizaron actos violentos dejando dos muertos y ocho heridos.
“Se colocaron en grupos de tres o cuatro pandilleros en cada celda, todos de la misma edad”, informó la misma fuente. Agregó que los tienen encerrados para evitar que se vuelvan a organizar y vuelvan a ocasionar problemas. Una de las medidas tomadas es que las salidas serán controladas y vigiladas por las autoridades.
“Anoche (sábado) no hubo problemas, nada de insultos, todos durmieron tranquilos. Ellos (los cabecillas) eran los que planificaban todo, ellos daban las órdenes de lo que tenían que hacer y cómo hacerlo”, explicó la fuente refiriéndose a los trasladados.
Algunos de los que f ueron llevados a las instalaciones de los Cobras ya alcanzaron la mayoría de edad, pero estaban en Renaciendo debido que fueron condenados como menores y no los remitieron a la cárcel de adultos.
Los Chirizos se encuentran en el área conocida como filtro, una edificación que funcionaba como oficinas que está en la entrada del centro donde permanentemente hay vigilancia. Los integrantes de esta organización criminal duermen en el mismo módulo, ya que en ese lugar no hay celdas. “Ellos no han dado problemas, han sido los de la 18 que los han atacado”, aseguró la fuente.
Sin registros
El sábado, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) intervino Renaciendo y colocó 200 elementos para vigilar y resguardar el centro.
El descontrol era tal que ni las autoridades sabían cuántos menores estaban internos.
El día de los homicidios se dio a conocer que había 152 menores, de los cuales 125, entre ellos 74 pandilleros de la 18, se habían aliado para asesinar a los 27 chirizos. Según el censo, son 170 los menores infractores que tienen medidas privativas a la libertad. Las autoridades elaboraron el expediente de cada uno, se les tomó fotografías de su rostro, de sus tatuajes, se tomaron sus huellas dactilares, nombre, edad, lugar de nacimiento, dirección de residencia, nombre de sus padres y la organización criminal a la cual pertenecen.