26/04/2024
12:56 AM

“El tiempo que pasa en redes, dedíqueselo a la familia”

Agosto es el mes dedicado a las familias y la iglesia pide orar y no perder la esperanza

San Pedro Sula, Honduras.

Agosto es el mes dedicado a la familia y al matrimonio desde hace más de dos décadas. La Conferencia Episcopal determinó que el octavo mes del año sería dedicado al Matrimonio y la Familia, como una ocasión para meditar sobre su rol en la sociedad.

En este mes se realizan bodas civiles gratis en casi todos los municipios y la iglesia católica realiza una serie de actividades encaminadas a fortalecerlas.

El padre Josué Dany Rodríguez, actual vicario de la arquidiócesis de San Pedro Sula, es también el encargado de la pastoral Familiar y conversó con LA PRENSA sobre los desafíos actuales de la familia.

Se ha perdido el interés en el matrimonio... ¿Hay miedo al compromiso?

Este mes, las alcaldías celebran las bodas civiles de manera gratuita y siempre agosto es muy especial porque nos recuerda el valor que tiene el matrimonio y la familia. Casarse es una vocación. Quien dice que todo el mundo tiene que casarse, hay que escoger la persona adecuada.

¿Qué está pasando en la sociedad?

Hoy en día tenemos una sociedad muy individualista, egoísta porque muchas veces pensamos solo en nosotros mismos y caemos en el egocentrismo y eso hace que a veces no pensemos en los demás. Dejar la familia para formar un nuevo proyecto de vida es de personas maduras, hoy en día la familia es afectada de distintas maneras y tiene muchos desafíos.

¿Será que no entendemos el valor de la familia?

Los jóvenes no reflexionan sobre la importancia que tiene la vida matrimonial y por eso a veces hay muchas personas que llegan a mayores y siguen viviendo todavía con sus papás o simplemente no quieren relaciones serias sino que relaciones superficiales. Es muy importante tener claro el valor de la familia en la sociedad que es la primera comunidad donde el niño encuentra el amor. Las buenas y malas personas salen de las buenas y malas familias.

¿Es difícil ser padre de familia en estos tiempos, con tanto desafío?

Ser padres de familia no ha sido fácil en ningún tiempo, siempre es difícil, pero es importante entender el sentido del amor no como sentimiento o como se ve en las telenovelas, sino que es entregarse. Un buen padre y madre es capaz de entregarse por sus hijos de educarlos en la fe, valores humanos, cristianos y para ello se requiere tiempo para dedicar a los hijos. Dedicarle el tiempo a los hijos es muy importante siempre.

¿El celular y otras cosas nos está quitando ese tiempo que debemos dedicar a los hijos?

Vivimos en una sociedad donde nos quitan el tiempo muy fácil. Nos quita tiempo la televisión, el internet, las redes sociales que son pozos sin fondo de pérdida de tiempo. Ese tiempo en redes sociales hay que dedicárselo a la familia.

¿Qué recomienda a las familias?

Es muy importante que en la familia existan momentos claves de comunicación, de diálogo porque sino a los hijos no los educarán los padres sino las redes sociales y la calle. El internet es la mayor biblioteca del mundo, pero también el mayor basurero y se debe tener mucho cuidado. Tenemos que ver cuanto tiempo dedicamos a Dios, a la familia y lo que debemos priorizar. Yo les aconsejo a los padres de familia que tengan cuidado con el manejo del celular o aparatos electrónicos de sus hijos, aunque hay adultos que también tienen ese problema. Hoy ve niños que lloran cuando les quitan el celular y los hacen dependientes, pero también vemos con preocupación como la gente se siente mas solitaria a pesar de los miles de amigos virtuales. Los lazos profundos entre familias no se pueden hacer a través de una pantalla, se necesita presencia. La familia tiene que vivir esa experiencia de comunicación.

¿Cuál es la clave para no perder la esperanza?

Vivimos en una sociedad muy exigente que nos pide vivir la vida en dos días, muchas veces hasta sin pensar. Tenemos una sociedad que nos enseña que debemos comprar cosas bonitas y caras para ser felices y nos van metiendo mentiras. Las familias tienen muchos desafíos, el desempleo, la pobreza, la violencia doméstica, y la desintegración familiar. Debemos de tener esperanza siempre. La clave es que nosotros pongamos nuestra fe y vida en manos de Dios. La solución siempre contra la desesperación es la oración.