Recibir clases en el Centro de Educación Básica de Aplicación Musical se ha vuelto un riesgo, debido a que el techo está en mal estado y cuando llueve es un caos con chorros de agua corriendo por las aulas.
Mirna Suyapa Limas, directora de la escuela, detalló que depende al 100% de la Secretaría de Educación; pero no se les ha dado respuesta a sus necesidades.
LA PRENSA recorrió el establecimiento y confirmó que muchas aulas del segundo nivel, sobre todo los cubículos para ensayo personal, están en pésimas condiciones, pues el techo y cielo falso han cedido por la humedad.
Este centro público, en el cual los estudiantes no pagan ni matrícula, es una institución insigne de la Capital Industrial, ya que los menores, aparte de recibir la educación académica, obtienen formación musical hasta sexto grado de parte de maestros calificados.
Limas dijo que se imparten clases de instrumento personalizadas que se dan individualmente a los estudiantes en estos cubículos que están en mal estado; hay clases de violín, violonchelo, viola y de piano. La escuela se fundó en 1978 y tiene una matrícula de 150 estudiantes actualmente.
“Nos preocupa el deterioro de la infraestructura. Con el paso de los huracanes y el vacío de la pandemia, las instalaciones se deterioraron, tenemos cerca de 1,000 metros de techo dañados, el cielo falso, humedad en las paredes, afectada la pintura, 15 puertas en mal estado y urgimos de pupitres”, comentó.
Dos de las cuatro centrales del aire se dañaron. Los sampedranos que deseen colaborar con la institución pueden llamar al teléfono 9989-3924.
