Unah en crisis: ¿Por qué estudiantes prefieren universidades privadas?
La matrícula de la Unah cayó un 9.18% en 2023, mientras las universidades privadas crecieron un 10.5% y ya son mayoría en cuanto a población estudiantil
Foto: Ilustración: Mario Sánchez
Más de 17 mil alumnos perdió la Unah tras la crisis por la pandemia de covid-19.
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Tegucigalpa, Honduras.
Cuando Elena Rodríguez, una joven de 19 años de Tegucigalpa, decidió estudiar la carrera de Trabajo Social —allá por 2021—, su primera opción fue la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah). Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la oferta en la universidad pública no cumplía con sus expectativas.
“Ni con mis expectativas, ni con las del mercado laboral. Ya trabajaba en un cargo relacionado a la carrera y al cursar las primeras clases supe que no podía seguir ahí, no si quería graduarme pronto”, contó a LA PRENSA Premium.
“Además, los tiempos no me daban. En la Unah no habían clases virtuales en ese entonces y las pocas que hay ahorita no incluyen a mi carrera”, agregó.
La máxima casa de estudios, atrapada en un sistema presencial y con limitadas opciones de clases en línea, no podía ofrecerle la flexibilidad ni el enfoque tecnológico que Elena necesitaba. Aunque la universidad tenía su prestigio, parecía rezagada en un mundo donde la digitalización y la educación virtual están transformando la manera de aprender.
Como muchos estudiantes en su situación, la joven no dudó en dar el salto a una universidad privada que le ofrecía clases en línea, acceso a plataformas digitales masivas y recursos innovadores. Así, pudo combinar sus estudios con su trabajo, sin que uno impidiera al otro.
Para ella, la decisión fue clara: una educación moderna y adaptada a las nuevas tecnologías valía el esfuerzo de pagar una matrícula y mensualidades que oscilaban entre los tres mil a cinco mil lempiras en el sector privado.
”Fácil no ha sido, pero me matriculé a distancia de forma virtual y eso me ha ayudado mucho a organizarme con mis responsabilidades, trabajo y además me permite manipular más la tecnología”, relató.
Matrícula
Este cambio de rumbo refleja una tendencia creciente en Honduras, pues mientras las universidades privadas han abrazado la tecnología y la educación virtual, la Unah y otras instituciones públicas parecen atrapadas en un modelo tradicional que limita su capacidad de crecimiento y adaptación.
Esta disparidad es evidente al observar las cifras de matrícula de los últimos años, que muestran una clara tendencia a la baja en las universidades públicas desde 2018, según la solicitud de información SOL-UNAH-1840-2024 recibida por LA PRENSA Premium.
Los datos del Consejo de Educación Superior (CES) muestran que la matrícula en universidades públicas creció de manera sostenida entre 2010 y 2018, alcanzando un pico de 146,737 estudiantes.
Sin embargo, tras la pandemia de covid-19, este crecimiento se detuvo y comenzó un descenso que persiste hasta la fecha.
Para 2022, las universidades públicas reportaron 116,855 estudiantes, y en 2023 la cifra descendió aún más a 106,131, lo que refleja una caída significativa en la preferencia de los estudiantes por las instituciones públicas.
Este fenómeno contrasta con el notable crecimiento en las universidades privadas, que en 2022 tenían una matrícula de 120,564 estudiantes y para 2023 alcanzaron los 133,392 estudiantes.
Si se mide desde 2010, cuando rondaban los 68,000 alumnos, han logrado casi duplicar esa cifra.
En 2023, el total de estudiantes universitarios alcanzó los 239,423. De ellos, el 56% optó por matricularse en universidades privadas, mientras que el 44% eligió instituciones públicas, reflejando las tendencias de preferencia educativa tres años después de la pandemia de covid-19.
En otras palabras, basándonos en la matrícula de 2022 y 2023, observamos que en las universidades privadas aumentaron los estudiantes en un 10.5%, pasando de 120,564 en 2022 a 133,292 en 2023.
En contraste, la matrícula en las universidades públicas disminuyó un 9.18%, pasando de 116,855 en 2022 a 106,131 en 2023.
Este repunte en las universidades privadas se debe en gran parte a su capacidad para innovar y adaptarse rápidamente a las nuevas exigencias del mercado educativo, según expertos.
La incorporación de tecnologías educativas, el impulso de la educación virtual y la oferta de programas más flexibles y accesibles, especialmente después de la pandemia, han sido factores clave en su recuperación, mencionaron.
De hecho, una de las quejas recurrentes de los estudiantes de la máxima casa de estudios es la limitada oferta de clases virtuales, la cual atribuyen a la escasa digitalización de los docentes en la institución.
”Mire, yo diría que la virtualidad es un asunto que urge atender en las universidades públicas y más en la Unah que es la que mayor demanda tiene. También creo que deberían capacitar a los maestros porque mire ahí hay mucho catedrático con un expertís tremendo, cosa que no tienen las privadas, pero lo que pasa es que no se capacitan ni se actualizan para enseñar de otras formas”, mencionó Elena.
Causas
El economista Julio Raudales, rector de la Universidad José Cecilio del Valle (UJCV), señaló que la caída en la matrícula estudiantil ha sido generalizada, afectando tanto a instituciones públicas como privadas tras la pandemia.
Sin embargo, destacó que algunas universidades privadas han intensificado sus esfuerzos de mercadeo y reducido sus tarifas para atraer a más jóvenes a sus aulas. “La situación ha sido compleja, yo entiendo que la Unah también está haciendo un esfuerzo para que los jóvenes entren a pesar de no lograr el puntaje definido en la PAA”, mencionó.
También destacó que la disminución en la matrícula de universidades, tanto públicas como privadas, tras la pandemia está directamente relacionada con la reducción en el número de jóvenes que se gradúan de los colegios.
Este fenómeno, aseguró, genera un impacto directo en la educación superior, pues la falta de graduados y la creciente deserción escolar en los niveles previos dan lugar a una cadena que reduce el flujo de estudiantes hacia la universidad.
Una perspectiva similar compartió el docente e investigador Mario Sosa, quien ha observado con preocupación el creciente desencanto de los jóvenes hacia la educación superior en Honduras.
Según él, este fenómeno tiene su origen en la falta de oportunidades laborales bien remuneradas, lo que ocasiona migración. “La escasez de empleos bien remunerados ha llevado a muchos jóvenes a optar por la educación no formal, en busca de oficios como la mecánica automotriz, la refrigeración o la sastrería, que en países como Estados Unidos ofrecen mejores salarios”, argumentó el experto.
Sosa también subrayó la frustración de aquellos estudiantes que, a pesar de invertir años en sus estudios universitarios, se enfrentan a un mercado laboral saturado y, en muchos casos, incapaz de ofrecerles empleos acordes con su preparación.
“Muchos jóvenes invierten ocho años para estudiar carreras como la medicina, solo para encontrarse con la amarga realidad del desempleo. Esto contribuye al desencanto con la educación formal y a la caída de la matrícula universitaria”, señaló.
Virtualidad
En cuanto a la virtualidad, los expertos coinciden en que las universidades privadas respondieron con mayor agilidad a los cambios, en comparación con las públicas.
Su enfoque, más centrado en las necesidades del estudiante, les ha permitido mantener sus matrículas y atraer a un número creciente de estudiantes que buscan opciones educativas más modernas y adaptadas a sus exigencias, como sucedió con Elena.
Javier Mejía Barahona, rector de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) y presidente de las Asociación Nacional de Universidades Privadas de Honduras (Anuprih), explicó que las universidades privadas fueron golpeadas fuertemente con la pandemia de covid-19, pero las que mejor han superado la crisis son aquellas que realizaron mayores inversiones en infraestructura digital y programas en línea.
Sin embargo, advirtió que muchas instituciones enfrentaron un inconveniente significativo en cuanto a la respuesta tecnológica. “La respuesta tecnológica no fue lo suficientemente rápida para estabilizar las clases. Esto no dependía tanto de las personas, sino de los procedimientos de compra y de los procesos internos dentro de las universidades, tanto públicas como privadas”, agregó Mejía.
No obstante, otros expertos consideran que la Unah no actuó en tiempo y forma. “La Unah no ha querido tomar en consideración las clases virtuales -en su totalidad- tanto para la gente que trabaja como para los extranjeros. El rector Odir Fernández está haciendo estrategias como lo de la PAA (Prueba de Aptitud Académica), pero de igual manera no le ha funcionado”, expuso Sosa.
Es importante considerar que los estudiantes de la Unah, al ser parte de una institución pública, la mayoría no disponen de los mismos recursos que aquellos que cursan estudios en el sector privado.
En este contexto, se vuelve esencial poner atención al acceso a internet que tienen los estudiantes, particularmente en las zonas rurales, donde las dificultades para conectarse pueden ser más pronunciadas que en el resto del país.
“No solo se trata de tener un teléfono inteligente, sino de contar con una conexión a Internet adecuada y para los estudiantes de la Unah no es fácil pagar entre 1,000 y 1,500 lempiras mensuales para una conexión de internet”, mencionó el rector de la UJCV.
Raudales también reflexionó sobre las dificultades históricas de la Unah en relación con la adopción de tecnologías educativas. Recordó que en 2006, cuando era docente de la institución, con el apoyo de la cooperación sueca, se creó una plataforma digital para la Unah, pero varios entes imposibilitaron la capacitación y esto provocó un retraso en la transición hacia la educación digital.
”Claro, cuando llegó el 2020 (la pandemia de covid-19), todo mundo corrió porque la plataforma seguía ahí y todos corrieron a ver cómo se capacitaban”, recordó. “Es una pena porque creo que las oportunidades se han dado, las universidades las han proveído”, agregó.
LA PRENSA Premium intentó contactarse con el rector de la Unah, Odir Fernández, para conocer más aspectos de la virtualidad y medidas para ampliar la matrícula académica pero hasta el cierre de este artículo no hubo respuesta.
También se buscó a Cleopatra Isabel Duarte, directora de la Dirección de Educación Superior (CES), pero tampoco respondió.
Oferta
A través de la Dirección de Innovación Educativa (DIE), LA PRENSA Premium verificó la oferta académica virtual de la Unah, donde se conoció que en Ciudad Universitaria apenas tiene abiertas 69 clases virtuales en este tercer período académico.
En la oferta de clases virtuales, destaca un fuerte enfoque en las áreas de Administración de Empresas con 10 asignaturas y Contaduría Pública con 8, consolidando estas carreras como líderes en la adaptación al entorno digital. Comercio Internacional cuenta con 5 asignaturas en modalidad virtual, mientras que Pedagogía ofrece 6.
Carreras en Microbiología e Informática Administrativa incluyen 3 asignaturas cada una, mientras que disciplinas como Filosofía, Historia y Psicología solo disponen de una clase en línea cada una.
Además, hay pocas clases virtuales disponibles en carreras como Periodismo, Letras, Biología, Antropología, entre otras. De un total de más de 70 programas académicos, aproximadamente 29 ofrecen una cantidad limitada de clases en modalidad virtual.
Cabe resaltar que aunque la carrera de Administración de Empresas es la que ofrece más asignaturas en línea (10), estas solo representan el 5% del total de la carrera, que cuenta con 50 materias necesarias para graduarse.
Panorama
Según Marlon Escoto, experto en temas educativos de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), la disminución de la matrícula en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y el crecimiento en las universidades privadas no responde tanto a una preferencia estudiantil, sino a la capacidad de adaptación de cada institución frente a la crisis sanitaria.
Escoto consideró que las universidades privadas lograron soportar la interrupción de actividades presenciales porque ya contaban con plataformas virtuales diseñadas. “Las universidades privadas pudieron soportar la interrupción masiva de dos años producto del covid. Ellas ya tenían experiencia en educación virtual, mientras que Educación Superior, liderada por la Universidad Autónoma, bloqueaba las propuestas de esta modalidad”, señaló.
Como resultado, mientras que las universidades privadas perdieron matrícula de forma mínima y lograron estabilizar sus números al volver a la presencialidad, la Unah sufrió una contracción notable. “Centros regionales, como el de San Pedro Sula, vieron una reducción del 50%, de casi 20,000 a 11,000 estudiantes”, indicó Escoto.
Detalló que factores económicos, la falta de tecnología y de plataformas adecuadas en la Unah contribuyeron a esta caída de matrícula. Además, la resistencia a implementar educación virtual afectó a miles de estudiantes que, por razones laborales o geográficas, no podían acceder a la modalidad presencial.
”La virtualidad no se tenía cuando más se necesitaba, que fue durante el covid, esta pandemia desnudó y puso en evidencia las malas políticas de educación superior de la Unah en relación a la educación virtual”, comentó Escoto.
Medidas
Para hacer frente a la crisis de matrícula, la Unah ha flexibilizado sus políticas de ingreso y ampliado su oferta académica. Entre las medidas implementadas se encuentran la inclusión de modalidades virtuales en carreras como Derecho, Administración y Pedagogía.
También la reactivación de tres procesos de admisión anuales, la eliminación de la Prueba de Aprovechamiento Matemático (PAM) como requisito para las carreras de la Facultad de Ingeniería, y la reincorporación de más de 20,000 estudiantes con índices académicos bajos.
Además, la universidad ha impulsado la expansión de programas de posgrado en sus centros regionales y ahora permite la inscripción durante los tres períodos académicos del año. También se aprobó la eliminación del requisito de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) para quienes deseen cambiar de carrera.
Este medio conoció que se está trabajando en el diseño de una nueva Prueba de Admisión y Vocacional, que permitirá evaluar de manera más precisa las aptitudes y vocación de los aspirantes.
Sin embargo, para los entrevistados estas acciones y adaptaciones llegaron tarde y, aunque es un paso importante, será necesario un esfuerzo sostenido para recuperar la matrícula perdida en los próximos años.
La clave, aseguran, está en que la institución de ser conservadora en su oferta, pues “hasta las universidades más prestigiosas del mundo se han adaptado la realidad, permitiendo una educación accesible y adaptada a las necesidades actuales”.