¿Hemos celebrado mal toda la vida? La Tierra no cambia de año el 31 de diciembre a las 00:00
Ricardo Pastrana, del del Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Unah, revela que a medianoche nuestro planeta aún no completa su vuelta al Sol y que el año real termina algunas horas después.
- Actualizado: 28 de diciembre de 2025 a las 14:00 -
Cada 31 de diciembre repetimos el ritual con precisión absoluta: miramos la pantalla del teléfono, contamos desde el 10, alzamos las copas, abrazamos a la familia y sentimos que el mundo, oficialmente, pasó la página. Pero la ciencia, esa amiga que siempre nos explica lo que no vemos, nos recuerda algo curioso: a medianoche del 31, nuestro planeta aún no ha terminado el año... literalmente.
El dato viene del Boletín Informativo No. 12-2025, elaborado por master Ricardo Pastrana, del Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional de Honduras (Unah), donde se explica con total sencillez que el año que usamos en el calendario es una especie de “acuerdo humano”, no un reflejo perfecto del movimiento real de la Tierra.
Según Pastrana y el equipo de Astronomía, la Tierra tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Nuestro calendario, en cambio, marca 365 días. Ni uno más. Ni uno menos. Es como armar un rompecabezas de 365 piezas cuando el original trae 365 y media. Siempre queda un pedacito suelto.
Si la Tierra fuera una atleta en una pista, nosotros celebramos en la meta mientras ella todavía viene a unos metros. Nosotros brindamos, quemamos pólvora y hacemos promesas... pero la Tierra sigue corriendo.¿Entonces cuándo termina realmente el año?
Si midiéramos el tiempo según la órbita real (el llamado año sideral), el 2026 no iniciaría a las 00:00 del 1 de enero, sino aproximadamente a las 05:48:46 de la mañana. Es decir, cinco horas después de nuestros abrazos y deseos de prosperidad.
Según la explicación de Pastrana y de la ciencia, no es que estemos celebrando “mal”; es que nuestros relojes obedecen a un calendario civil diseñado para que la vida funcione: escuelas, salarios, cosechas, elecciones, vacaciones... todo depende de ese orden práctico.
¿Por qué la Tierra no se apura? Porque su camino alrededor del Sol no es un círculo perfecto, sino una órbita elíptica. A veces acelera (cuando está más cerca del Sol) y otras se toma su tiempo (cuando se aleja). Esa variación provoca un pequeño desfase entre el año civil y el año real.
Por eso existen los años bisiestos: para “empatarnos” de vez en cuando con la realidad cósmica y que el calendario no se deslice poco a poco hacia el caos. Pero, la explicación científica no viene a arruinar el momento, sino a darle una nota divertida: El Año Nuevo que celebramos nosotros es el del calendario y el Año Nuevo que celebra la Tierra es el de su órbita completa.
El planeta, como dice Pastrana, simplemente no ha terminado su recorrido cuando estallan los fuegos artificiales. Pero eso no le quita magia a la fecha. Al contrario: añade una curiosidad que pocos conocen.
Mientras brindás, podés decir con una sonrisa:“¡Feliz Año Nuevo! Aunque, técnicamente, la Tierra todavía no ha terminado el suyo”. La ciencia también celebra... solo que un rato más tarde.