25/07/2024
08:56 PM

Seguimos en pandemia

    Sí, aunque no nos guste, aunque estemos cansados, aunque hayamos vuelto a darnos la mano y a abrazarnos, con cierta dosis de inconsciencia, la pandemia de covid-19 no ha terminado. La realidad que tenemos a la vista, y que incluye, de nuevo, triajes saturados, alza en las hospitalizaciones y familias enteras contagiadas, nos muestra, tanto a nivel nacional como mundial, que esto va para largo y que, en ningún momento, podemos bajar la guardia ante semejante amenaza a la salud colectiva. En Honduras, además, en paralelo con el covid-19, el dengue está haciendo de las suyas, por lo que hay mantener una doble batalla, sobre todo en el campo de la prevención.

    Esta última oleada de covid ha puesto en evidencia situaciones que no dejan de asombrarnos: personas con ninguna dosis de vacuna aplicada; individuos con una sola dosis; gente que no quiere vacunar a sus niños; miedo a la vacuna, aunque se ha demostrado que es necesaria y que los riesgos que se corren son prácticamente inexistentes. Respecto a lo último, en nuestro país no ha habido ningún caso comprobado de daños colaterales luego de recibir cualquiera de las dosis de las distintas vacunas que se han aplicado, de manera totalmente gratuita, en los distintos centros de vacunación.

    De modo que, aquellos y aquellas que aún no se han vacunado, o no han completado el cuadro completo recomendado, ha sido por negligencia, o por una clara ausencia de sentido de responsabilidad y de solidaridad con el resto de la población.

    A estas alturas, además, medidas como las que se tomaron al inicio de la pandemia, resultarían contraproducentes para todas las esferas de la vida económica y social, además del daño concomitante a la salud mental de la población.

    Pero, sí hay que hacer énfasis en las medidas profilácticas que se indicaron desde marzo de 2020: constante lavado de manos, distanciamiento físico, uso de gel desinfectante o alcohol para limpieza de manos, en caso de disponer de agua y jabón. Luego, y esto exige esfuerzo, evitar las aglomeraciones y, en la medida de lo posible y cuando la actividad lo permita, teletrabajar.

    Luego de tanto encierro, las actividades masivas: conciertos, ferias, graduaciones, fútbol, se han mostrado mucho más atractivas que nunca. Hombres y mujeres hemos asistido a cuanta celebración hemos podido y visitado a las personas y los lugares que hacía meses no frecuentábamos. Pero no podemos descuidarnos. Si de verdad queremos recuperar, de manera sostenida y permanente, la “normalidad”, estamos obligados a cuidarnos y a actuar con prudencia. No hay de otra.