02/04/2025
05:16 PM

Navidad y Año Nuevo sin pólvora

    Ese debe ser el compromiso tanto de las corporaciones municipales, de la fuerza policial y de los padres y madres de familia: cero petardos, morteros, cohetes, tampoco disparos al aire, previniendo que sus hijos (as) resulten mutilados (as), quemados (as), pierdan la vida, un miembro o el sentido de la vista, además del consiguiente trauma psicológico tanto para las víctimas como para sus parientes.

    Hay maneras distintas de celebrar las festividades, de manera segura, amena y exenta de peligros, disfrutando pacíficamente con familiares y amistades, sin tener que exponer a menores y adultos a riesgos que pueden y deben prevenirse para no tener que lamentarlos cuando ya es demasiado tarde.

    La quema de pólvora resulta una práctica peligrosa, contaminante, que significa, literalmente, el convertir dinero en humo, con el riesgo adicional de provocar incendios, dinero que pudo haber sido invertido en la compra de alimentos, juguetes, vestuario, calzado, llevando alegría a los hogares y no tragedias causantes de muertes y heridas.

    El costo de atención y rehabilitación de personas quemadas asciende, de acuerdo a estimaciones de hospitales y médicos especialistas, a tres millones de lempiras. Los tratamientos, además de onerosos, son prolongados, requiriendo de varias cirugías dependiendo de la gravedad de las lesiones.

    Al igual que debemos rotundamente decir ya no más pólvora, igualmente debemos evitar la ingesta de bebidas alcohólicas, especialmente por parte de menores, pero también por adultos que deben conducir automóviles y unidades de transporte, con ello poniendo en situación de riesgo inminente y extremo a ellos (as) y a los pasajeros (as).

    Nadie, en su sano juicio, desea convertir la Pascua y la despedida del año viejo de motivo de alegría en causa de luto y aflicción.

    Aprovechemos ambas fiestas sanos y salvos, en nuestras viviendas, meditando y reflexionando respecto al significado de ambas fechas, pasando revista a lo que hemos podido realizar en el curso de los doce meses de este 2024, y planificando estrategias y metas a realizar a partir de enero del 2025.

    La ocasión es propicia para ello. El tiempo transcurre veloz y no regresa, de nosotros depende si supimos aprovecharlo e invertirlo, o por el contrario, lo desperdiciamos.

    Aprovechemos, entonces, estas fechas para compartir el espíritu de las fiestas de Navidad, sin importar lo mucho o poco que tengamos, con nuestros seres queridos, nuestras familias, amigos y con todos aquellos que compartimos nuestra vida diaria.

    ¡Felices fiestas!