18/04/2024
10:16 PM

Justicia y gratitud

    Esta semana les pedimos a los diputados que si no crean que no destruyan, y en el Congreso Nacional han vuelto a lo mismo. Muy diligentemente, como quien no quiere la cosa, un diputado del partido gobernante presentó una iniciativa en la que “no encontramos ningún apartado que proteja a personal de primera línea”. ¡Qué cortos de memoria! O mejor, qué gran ingratitud para quienes estuvieron “ahí”, como dicen los estrategas militares, en la vanguardia, no en la retaguardia bien protegidos, con el esfuerzo solamente del toque en una tecla para conocer la acreditación mensual.

    LA PRENSA presentó en su edición del miércoles en doble página el testimonio real y crudo de personal de Salud, así como el alto costo humano y familiar de quienes atendieron desde el primer día a los enfermos de la pandemia. Dos años han transcurrido desde aquellos primeros meses terribles con víctimas mortales y con sacrificios heroicos del personal de Salud, que no solo arriesgaba su vida, sino que regresaba con inmenso temor a sus casas.

    En viviendas de doble planta se veía una escalera para ingresar por el balcón y en casas más humildes la puerta de atrás se habilitó para el ingreso de la madre, la hija, el padre o el hermano que trabajaba en el hospital para llegar directamente a la ducha o a la cubeta donde el baño proporcionaba algo de tranquilidad antes de aplicarse otras medidas de bioseguridad. Estas medidas explican el nivel de angustia en que vivieron miles de familias antes de que llegase el programa de vacunas.

    Para ellos estaba destinado, con toda justicia, el decreto por el cual se les proporcionaba la permanencia tanto para quienes tenían acuerdos temporales como para quienes fueron incorporados, de emergencia, para atender a las víctimas de la pandemia; pero claro, en río revuelto y “padrino” llegó la ganancia para muchos aprovechados pescadores, burócratas administrativos, quienes se “colaron”.

    Depurar aquellos nombramientos que no tienen credencial de primera línea debía haber sido no solo la intención, sino el mensaje real en el decreto original, pero no arrasar con todos. Ya parece que se quiere arreglar el entuerto, pero es necesaria la transparencia. Corrijan, depuren, pero con justicia y que sea esa la carta de presentación, no la militancia partidista ni el vínculo familiar o de amigo.

    Firmen con exclusividad la permanencia para el personal de primera línea en homenaje a los miles de empleados de Salud que dieron su vida al servicio de la población y en justicia a quienes atendieron con gran sacrificio a los enfermos. Ellos no encajan en la burocracia tradicional, generada en el partidismo, sino en una mayoría de profesionales con vocación para salvar vidas y mitigar el dolor y las secuelas de las enfermedades.