12/01/2025
11:32 PM

Crisis financiera y bursátil global

    Nuevamente el mundo enfrenta la posibilidad de un nuevo ciclo recesivo, que si no es controlado oportunamente, impactará negativamente tanto en las naciones prósperas como en las pobres.

    Las primeras señales ocurrieron a finales de la primera semana de agosto al divulgarse que la tasa de desempleo en los Estados Unidos subió al 4.3%, cuando hasta entonces había estado al alza, con la creación de miles de nuevas plazas laborales semanalmente.

    El panorama se complicó cuando el 5 del corriente, se anunció en Japón que el yen está sobrevalorado, haciendo menos competitivas sus exportaciones, en una economía que depende poderosamente del comercio exterior.

    Ello, a su vez, generó factores psicológicos a escala mundial: incertidumbre y ansiedad entre los inversionistas, que se han apresurado a vender masivamente paquetes de acciones, adquiriendo bonos de Tesorería para protegerse.

    A la Reserva Federal estadounidense, a cargo de la política monetaria, se le culpa de no haber reducido a tiempo las tasas de interés, lo que puede ocurrir, pero hasta su próxima reunión en septiembre.

    El mundo ya había salido de la crisis inmobiliaria, conocida como la Gran Recesión, del 2007/2008, y a la contracción provocada por la pandemia del covid a partir de 2019, que provocó caída en la actividad económica, además del severo impacto sanitario.

    Actualmente, el consumidor estadounidense ha visto impactado su poder adquisitivo debido a las alzas en los precios de los alimentos y en las tasas de interés bancario para adquirir vivienda. Al comprar menos mercancías, ello se refleja en otros indicadores macro y microeconómicos en la nación más fuerte e influyente en el planeta.

    La presente crisis tendrá impacto político tanto en Estados Unidos, próximo a celebrar elecciones en noviembre, como en el Medio Oriente, enrumbado a una escalada bélica regional y repercusiones sociales en la humanidad.

    Honduras no está exenta de posibles impactos, ya que, un ejemplo, Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de nuestro país y una recesión en EE UU podría reducir la demanda de productos hondureños, como los textiles que tienen en el país del norte uno de sus principales mercados. Lo aconsejable en estas crisis es el conservar la calma, ya que el pánico es contagioso y conduce a decisiones prematuras que pueden revertir en contra de los inversionistas y compradores de acciones bursátiles. Aún es prematuro para confirmar si efectivamente Estados Unidos entrará a una recesión o no.