05/12/2025
03:00 PM

Altruista dama sampedrana

    Nos referimos a la compatriota Yvonne García, quien entrevistada por Diario La Prensa dio a conocer conmovedores y ejemplares rasgos de su admirable personalidad, su existencia y su razón de vivir.

    Consideramos oportuno y necesario dar a conocer a nuestros lectores a esta hondureña de mérito y su labor, tal como periódicamente divulgamos otros esfuerzos similares por parte de mujeres y hombres de noble corazón que trascienden su yo, brindando lo mejor de ellos.

    Declaró que por razones de seguridad se vio obligada a abandonar su patria, encaminando sus pasos inicialmente a la hermana república de Costa Rica, instalándose en San José.

    Al poco tiempo contactó a un grupo de hondureños residentes y fundó la Red Solidaria Comparte, recaudando ayudas para ser enviadas a comunidades marginales habitadas por grupos indígenas: chortíes y lencas.

    Al trasladarse a los Estados Unidos continuó y amplió su vocación humanística, de servicio hacia el prójimo menos afortunado, organizando la Asociación Solidaria Comparte Honduras, integrada por ella, su hijo, el médico Allan Villanueva y un grupo de voluntarios, imbuidos de similar espíritu de proyección social.

    Desde el estado de Pennsylvania recolecta y remite diversos tipos de contribuciones, focalizadas a poblados en los departamentos de Copán, La Paz, Lempira e Intibucá, en donde precariamente subsisten comunidades tradicionalmente olvidadas y postergadas por las autoridades centrales, cual si no existieran, a pesar de que sus ancestros fueron los pobladores originales de los territorios posteriormente designados con el nombre Honduras, nuestro hogar común.

    El ejemplo que dan estos hondureños, de naturaleza y vocación filantrópica, debe y puede ser imitado por más y más personas con el fin de brindar algo o mucho de lo que poseen a sus semejantes, los menos afortunados de entre los pobres, trascendiendo la indiferencia e insolidaridad ante los padecimientos y carencias del prójimo.

    Salgamos de nuestras burbujas existenciales y enfrentemos la cotidiana y angustiante realidad que nos circunda a lo largo y ancho del territorio nacional, imposible de ignorar. Hagamos nuestro el bello poema del bardo Roberto Sosa: “Los pobres son muchos, y por eso es imposible olvidarlos”.

    Y el refranero nos recuerda: “Haz el bien y no mires a quien”.

    “Hoy por ti, mañana por mí”.