23/05/2025
04:37 PM

¡Póngase vivo!

Alejandro Espinoza

“La ignorancia es la madre de la maldad y de todos los demás vicios”: Galileo Galilei. En un mundo donde la ciencia avanza aceleradamente, la realidad es que podemos vivir en un estado de ignorancia, de no ser simplemente buscadores, sino descubridores.

El conocimiento y descubrimiento viaja a gran velocidad, bien decía Sócrates que la sabiduría consistía en el conocimiento de nuestras limitaciones y, lo más importante, el conocimiento de nuestra propia ignorancia.

El conocimiento emerge de la inquietud, impaciencia, y siempre lo diferente, nuevo e inesperado se ve como algo peligroso y amenazante en cuanto a la era de la comunicación; siempre lo borroso tiende a la confusión, la indicación a la sospecha, la ambigüedad a la duda, la efectividad a la certeza.

El darse cuenta de que uno sabe que no sabe es llamada la ignorancia sabia, el no saber que no se sabe es ignorancia profunda o un estado de inocencia, y toda persona en una etapa de su vida ha pasado o vive en estos principios de ignorancia. Si se cree que la educación es cara pruebe con la ignorancia; si usted cree que la salud es cara pruebe con la enfermedad, el dicho popular cobra vida: lo barato sale caro.

La ignorancia supone la ausencia, carencia o invalidez, pero termina en la manipulación, esclavización, opresión y fanatismo, de aquí se dice que el conocimiento es poder, pero da poder de elegir su propio destino y hacer libre al hombre. Todos, en alguna medida, somos ignorantes; aunque sea experto en alguna materia, nadie tiene el conocimiento de todo.

Vivimos en la humildad intelectual, sabiendo que tenemos la oportunidad de aprender y de aportar sin importar la raza, edad, sexo, pero en esencia “póngase vivo”, la vida es corta y la gente es larga, tome un principio de vida: “ Y dijo Dios a Salomón: Sabiduría y ciencia te son dadas”: 2 Crónicas 1:12.