En nuestra sociedad lamentablemente hay medios de comunicación que son propiedad de periodistas que activan en instituciones políticas e incluso los representan en el Congreso Nacional, por consiguiente sus opiniones dejaron de ser objetivas e imparciales, pues utilizan sus espacios y medios como trampolines e instrumentos para atacar sin piedad a todas aquellas personas o instituciones que ellos consideran sus adversarios políticos (incluyendo líderes religiosos), no les importa si con esta acción dañan a nuestro país, dan un pésimo ejemplo a las nuevas generaciones de comunicadores sociales, pretenden dividir a nuestra sociedad con posiciones antagónicas, les gusta sembrar el odio; se puede decir que son pirómanos, pues con el veneno que destilan en sus declaraciones pretenden encender, según ellos, a la masas para alzarlas en contra del Gobierno de turno.
Ridiculizan a las autoridades, pero primero los extorsionan en privado y al no ceder a sus peticiones, los insultan con palabras soeces en público, a ellos y hasta sus familiares. Pero lo que hacen se les revierte casi de inmediato y son ellos los que quedan en ridículo, pues la gran mayoría de la gente los conoce y sabe que sus frustraciones que vierten en sus medios de comunicación no es otra cosa más que la inconformidad que tienen con ellos mismos, es decir algunos han cometido actos públicos y privados que son condenados por la ley y la sociedad, otros han envejecido prematuramente, lucen canas no de las que da la sabiduría sino de aquellas que manifiestan que no pueden dormir tranquilos, su conciencia no los deja. Tienen el corazón… medio partido.
Felicidades a los buenos comunicadores de mi país.