02/04/2025
04:53 PM

Los hijos del padre Trino

Renán Martínez

Allá por los años sesenta tuvo su época gloriosa el periódico satírico Tornillo Sin Fin, “órgano viril de los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras”, como rezaba su slogan en un agudo doble sentido.

Era esperado como agua de mayo cada 11 de junio, Día del Estudiante y natalicio del presbítero José Trinidad Reyes, por sus críticas sarcásticas a todo lo que olía a podredumbre especialmente en el ámbito gubernamental y público.

Con un lenguaje procaz, pero muy bien hilvanado que denotaba el talento de los editores, ponía al desnudo las arbitrariedades cometidas contra el pueblo por los mandamases de turno, y las falencias de quienes estaban encaramados en la palestra pública.

No cabe duda que entre los autores del divertido y mordaz anuario había poetas consagrados pues no faltaban las poesías salpicadas de críticas irónicas que, aún haciendo uso de un vocabulario picante, no caían en la vulgaridad.

Sus caricaturas de ingenioso lápiz anónimo, eran verdaderos editoriales gráficos contra las injusticias sociales y los hombres de uniforme dedicados a desgobernar la nación, entre otros males de la época.

Aunque el periódico costaba mucho más que los diarios de aquel entonces, se vendía como pan caliente. Quienes no podían adquirirlo lo conseguían prestado, a toda costa, para leerlo y releerlo con una sonrisa perspicaz en su rostro.

El logotipo del periódico era un tornillo tan largo que daba dos vueltas. No faltaba tampoco en su primera página la imagen del padre Trino sosteniendo una canasta de huevos con el fin simbólico de proporcionarle a sus muchachos la valentía necesaria para enfrentarse, con su pluma punzante, a los enemigos de la patria.

Por haber sido José Trinidad Reyes el fundador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) los universitarios se hacen llamar orgullosos los hijos del Padre Trino.

El prócer, quien nació un día como hoy en 1797, también se destacó en la dramaturgia y está considerado como el iniciador de la poesía hondureña. Sus versos eran hechos para ser entendidos por los rústicos y había en ellos perfume de égloga y dulzura de miel de abeja, según una descripción hecha por el poeta nicaragüense, Rubén Darío.

En honor al padre Reyes se han fundado diferentes centros educativos en el país con su nombre, entre ellos el de San Pedro Sula del que han egresado destacados profesionales de la Costa Norte.

Cabe resaltar el doble papel desempeñado por muchos universitarios y estudiantes en general inspirados en su egregia figura, como inclaudicables luchadores por la democracia desde las páginas de un Tornillo sin fin o como ejemplares estudiados de las ciencias que competen a su profesión.

Por ello repito este día el verso de una célebre melodía: “me gustan los estudiantes porque son la levadura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura”.