28/04/2024
05:27 PM

Lección a 30,000 pies de altura

Emilio Santamaría

Era casi medianoche cuando abordé el inmenso avión de Iberia en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Me dirigía a Madrid, España, donde debería dirigir como Máster Trainer, un entrenamiento para nuevos instructores de los cursos Dale Carnegie.

El poderoso DC-10 corrió velozmente por la pista y se elevó. A más de 30,000 pies de altura el avión se deslizaba silencioso en completa oscuridad. Allí me encontraba yo, cómodamente sentado, volando velozmente sobre el Atlántico en la absoluta oscuridad. Les confieso que de solo pensar en ello sentía que se me encogía el corazón y me hormigueaba el estómago. Ocurrió entonces algo magnífico. Me lo hizo ver el joven sobrecargo que gentilmente se detuvo para señalarme allá a lo lejos, hacia el Este, una casi imperceptible línea de luz empezó a dibujarse en el horizonte. Apenas se advertía, pero se fue viendo con mayor claridad, y aceleradamente fue dominando las sombras. De pronto la aurora radiante iluminó los cielos con toda su gloria. Jamás olvidaré esa experiencia y la enseñanza tan clara que aprendí. Pensé en otros momentos de mi vida en que también me había sentido como sumido en la oscuridad, y con la sensación de que el corazón se me encogía y el estómago me hormigueaba. Por ejemplo, cuando siendo yo un jovencito, mi padre tuvo un serio traspié en sus negocios y quebró. Los acreedores se llevaron todo para cobrar sus cuentas. Los últimos acabaron embargando los muebles de la casa. Cuando quedamos solamente con las camas, que en México son inembargables por ley, vi a mi madre llorar por primera vez. Aquel momento quedó grabado en mi memoria como uno de los más oscuros y terribles de mi vida. Le aseguro que sentí el corazón encogido y el estómago lleno de hormigas. Pero también entonces las tinieblas acabaron dando paso a la luz. Un proveedor, que nos quería bien, nos dio trabajo a mi hermano mayor y a mí. Y la verdad es que con algunas privaciones, jamás pasamos hambre. ¿Siente que sus problemas oscurecen su vida? No se desanime. ¡Pronto amanecerá de nuevo!

LO NEGATIVO: Pensar pesimistamente que las situaciones adversas son para siempre.

LO POSITIVO: Confiar en que la oscuridad de la noche siempre se disipa cuando amanece.

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