28/04/2024
08:43 AM

Las lavanderas de Río de Piedras

Renán Martínez

Armadas con herramientas, agua, cepillo y jabón, las autoridades municipales de San Pedro Sula trabajan para darle una merecida limpieza al rostro del parque Luis Alonso Baraona, corazón de la ciudad. Pero tal embellecimiento no debería ser solamente estructural, sino también profiláctico para que el veterano parque vuelva a ser un centro de sana recreación, sin actividades comerciales al aire libre y ocupaciones que riñen con la moral y la ley.

Por supuesto que el parque no debe ser remodelado porque, en tal caso, la alcaldía estaría estropeando el magnífico diseño que le imprimió el arquitecto paisajista Roberto Elvir Zelaya, durante la administración edilicia de Roberto Larios Silva. Por el contrario, los responsables de este mantenimiento deben devolver su agua a la fuente de las esculturas que representan a mujeres indígenas lavando ropa en el río de Piedras cuando este afluente atravesaba la ciudad rebosante de caudal.

Qué bonito sería que el quiosco, remozado por Elvir Zelaya, volviera a funcionar como una fuente de sodas, un museo o un centro de información turística, en vez de una sede policial.

En lugar de la estatua del doctor y general salvadoreño Luis Alonso Baraona, que fue derribada y desaparecida por personas xenofóbicas tras la guerra de los cien días, debería implantarse la del exalcalde Antonio Bográn Morejón, que se yergue anónima junto al puente a desnivel del bulevar del sur. La estatua de Bográn Morejón fue erigida de frente a El Merendón para significar los esfuerzos que el exedil hizo por proteger las fuentes de agua que se encontraban en las faldas de esa montaña. Pero debido a lo recóndito del lugar en que se encuentra, la escultura pasa desapercibida por la gente, mucho menos puede verse la placa que identifica al personaje quien fuera llamado “el señor de El Merendón”. La obra fue esculpida por el artista del cincel Jesús Zelaya, autor también del monumento El Forjador y las lavanderas de Río de Piedras que le dan el toque espectacular al parque Luis Alonso Baraona. Una de las mujeres carga un tanate de ropa sobre la cabeza y la otra restriega trapos contra una piedra al pie de una hermosa cascada. Similar labor es la que debe desarrollar el alcalde Roberto Contreras para sacar toda la mugre y el cochambre que afea al más popular lugar de recreación y descanso que tienen los sampedranos.