14/07/2025
10:07 AM

¡La risa es cosa seria!

Si no fuera por la capacidad que tenemos de hacer bromas y reírnos de prácticamente todo lo que ocurre, la vida sería un desfile de rostros largos, amargados por las dolorosas circunstancias diarias. “El que hace reír a sus compañeros merece el Paraíso” dice el Corán, ese libro sagrado de los musulmanes. Santa Teresa de Jesús llegó a exclamar: “De devociones y de Santos de rostros desabridos, líbrame Señor”. Y el finado escritor Og Mandino, en su libro “El Vendedor más Grande del Mundo” en el número siete de sus famosos pergaminos, nos pide repetir durante treinta días: “Me reiré del mundo, me reiré de mí mismo”. Para concluir nos recomienda pensar: “De aquí en adelante cultivaré el hábito de la risa”.

No puede haber amor verdadero sin humor. ¿Quiere un ejemplo? Eche entonces un vistazo al ser humano cuando es más natural en su vida. ¿Qué hace un bebé? ¿Cómo muestra su amor por sus seres queridos? ¡Ríe, y su risa es contagiosa! Deberíamos pues repetir con Og Mandino; “No permitas, oh Dios, que me vuelva tan importante, tan sabio, tan grave, tan reservado y tan poderoso que me olvide de reírme de mí mismo y de mi mundo”. Reír de nuestros fracasos lo hace desvanecerse sin dejarnos una huella demasiado profunda. Y reírnos de nuestros éxitos nos hace no envanecernos tanto, que pueda perjudicarnos.

Mientras usted pueda reírse no será jamás pobre. Porque pobre realmente es el que no tiene una sonrisa para enfrentar su diario vivir. Es más, si usted sonríe, su digestión mejorará, sus cargas serán alivianadas y disfrutará probablemente de una vida más larga. Por otro lado, no importa cuán grande sea su cuenta bancaria, ni qué clase de carro maneje, si no tiene sentido del humor no podrá disfrutar de sus éxitos, y esto le empobrecerá, injustamente, su existencia.

¿Pero, cómo podemos reír en un mundo como este, lleno de injusticias, miseria, crisis, luchas incesantes y problemas diarios? Recuerde a Shwizer, quien dijo: “El conocimiento que poseo es pesimista, pero mi voluntad y esperanza son optimistas”.

LO NEGATIVO: Creer, equivocadamente, que el mundo es tan solo un valle de lágrimas al que fuimos enviados a sufrir y llorar.

LO POSITIVO: Comprender que la risa es cosa seria. Aprender a reírnos del mundo. Y sobre todo, aprender a reírnos de nosotros mismos.