Así ha pasado en los golpes de Estado en 2009 y 2012 con la destitución de los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y en esos momentos lo que más se discutía era el texto constitucional para darnos luz a la solución de aquellas crisis que desde el ámbito jurídico envían sus ondas a lo económico, lo político y lo social. Hoy nuestros hermanos salvadoreños viven en carne propia lo que hemos experimentado, con una ataque al texto constitucional que amenaza con destruir la institucionalidad, minar el sistema democrático y destruir el frágil tejido social de ese país.
Es triste que por los colores políticos que nublan nuestra visión y oscurecen los pensamientos, a pesar de lo nefasto aquellas dos crisis constitucionales, no tengamos una plataforma jurídica donde como hombres de leyes sepamos dar cuenta de lo que sucedió a nuestra Constitución en aquellos dos ataques, y por otro lado, no tengamos tampoco una instancia jurídica que defienda la Carta Magna de los ataques y los intereses de aquellos que todavía la tienen en la mira.
No es poca la historia universal que precede a la creación de la Constitución de la República, tampoco es poca la lucha que tuvieron los hombres por conquistar sus derechos. En este documento se encarnaron los ideales más grandes de libertad y se convirtió en un grito que recorrió el mundo, pues era la lucha del hombre por su libertad, por evitar la tiranía, por balancear el poder y poner a los poderosos en igualdad de condiciones de los débiles.
Fue en Inglaterra en el siglo XIII a raíz del enfrentamiento entre los barones ingleses y el rey Juan sin tierra, quienes reclamaban sus derechos ante la subida de impuestos y pujaban para que el rey se sometiera también al imperio de la ley, que hizo surgir el documento que más adelante se llamaría Carta Magna y que sería un sinónimo que luego se usaría para designar las constituciones de los países. Aquella gesta histórica vio el nacimiento de un documento que se consideraría uno de los más legales e importantes de la historia del mundo occidental.
No se trataba tanto de lo que decía, pues en realidad las condiciones de aquel entonces, por mucho derecho escrito que se hablara en la Carta Magna, no todos los hombres eran considerados iguales, pero de allí que la importancia no era lo que decía, si no lo que se creía que decía, pues fue el grito de libertad lo que inspiró este sacrosanto documento que llamamos Carta Magna o Constitución.