18/12/2025
12:22 AM

Jardines del Valle

San Pedro Sula, Honduras.

Hace aproximadamente cuarenta años llegaron los primeros vecinos a habitar la nueva urbanización en las afueras de San Pedro Sula. No eran precisamente los amplios y elaborados jardines, como su nombre lo sugería, los que predominaban, pero era una urbanización al pie de los cerros donde sus vecinos podían disfrutar de la excelente infraestructura construida, la tranquilidad, la seguridad y la naturaleza. Entre los dos ríos con enormes cauces hechos después del Fifí, Jardines del Valle lucía prometedora para convertirse en una zona urbana donde podría gozarse de lo que llamamos calidad de vida. No podía ser diferente ya que se contaba con suficiente espacio plano, abundantes fuentes de agua, protección contra inundaciones, buenas conexiones y una pujante ciudad. Las condiciones eran propicias para ir delineando una zona desarrollada y con calidad de vida para sus habitantes. Pero algo pasó que cambió la dirección hacia donde las cosas se movían.

Jardines del Valle es ahora la típica urbanización que quedó en el centro del desorden. El mal entendido crecimiento llegó para quedarse y los vecinos, sobre todo padecen por ello. Sus avenidas principales pasan ahora inundadas de basura, permanentemente atascadas por el mal diseño de las mismas y el desordenado tráfico que circula a toda hora. En toda la zona las escuelas, las universidades y las iglesias comparten espacio con bares que funcionan y escandalizan a cualquier hora de la noche. Los vecinos viven parapetados detrás de cercos y trancas para contener no solamente la delincuencia sino los efectos del desorden que corre por sus avenidas y calles.

Lo lamentable no es solamente que las cosas andan mal, sino que además todo indica que las cosas se irán empeorando. En aras de que no hay que ponerle trabas a las iniciativas, son muchos los que se sienten con el derecho a hacer muchas cosas sin medir las consecuencias para los vecinos. Tirar basura, escandalizar con música y destruir áreas verdes es algo ya normal para muchos. Las autoridades por su lado evadiendo los problemas, siguen y seguirán permitiendo todo sin medir las consecuencias para autorizar cualquier negocio por inadecuado que sea para la zona.

Creo que el caso de Jardines del Valle ocurre en muchas otras colonias de nuestra ciudad. Simplemente, no ha existido una idea clara en las autoridades de lo que es desarrollo al servicio del ciudadano. Y debido a esa debilidad todo ha tomado un camino equivocado, quedando el ciudadano relegado a un tercer o cuarto lugar. Ojalá que las autoridades municipales puedan darse cuenta que el desarrollo tiene que ser necesariamente calidad para el ciudadano. Podremos tener amplias calles con tráfico, altos edificios y muchas tiendas, pero si eso no se traduce en beneficios concretos para sus vecinos todo es en vano. Sin embargo, no perdemos la esperanza que algún día se encenderá el foquito de las ideas y la acción para enderezar las cosas en nuestra maltratada ciudad.