“Cuando todo parece ir en tu contra, recuerda que el avión despega contra el viento, no con él”: Henry Ford.
Las personas imparables tienen un impulso interno, están motivadas, lo que significa que tienen un profundo deseo de alcanzar sus metas. Vivimos en una era donde la modernidad, la tecnología y tanta vulnerabilidad nos acosa; pero se debe tener confianza en uno mismo, no desenfocarse y poder fijar metas, ser flexible y saber que todo en este mundo cambia; pero en cuanto a sus principios y valores no deben ser negociables. Una persona imparable es un guerrero que fue formado en el dolor del silencio y la oscuridad; pero de él emana luz y transparencia para ayudar y servir a los demás.
El ser valiente, audaz, pero sobre todo tener la confianza de creer en sí mismo y arriesgarse a creer en los demás, ayuda a mantener el ritmo en medio de canciones llenas de muchos ruidos de la música en la vida actual.
El tener esa visión clara y definida hará mantener la ruta para avanzar en la misión y así plasmar y poner en acción todo el esfuerzo para desarrollarlo y ver el progreso continuo de la vida.
Dar saltos de fe y tomar grandes decisiones a veces es aterrador, emocionante y desafiante, pero la acción es fundamental para el éxito. Sin excusas y sin malgastar el tiempo puede ser implacable para llegar al destino correcto. No importa qué tan talentoso y creativo pueda ser en esta vida, sin persistencia la mediocridad siempre será la sábana que cambie los sueños en pesadillas.
El sueño a largo plazo es de amor, paciencia y benevolencia, a veces es necesario el equilibrio y tener la capacidad de parar y así evitar el agotamiento y estrés crónico. Estar comprometido siempre le mantendrá hambriento e insaciable hasta lograr las metas, y esto lo mantendrá enfocado con la convicción interna! ¡Guerrero valiente, el Señor está contigo! Jueces 6:12 NTV.