“Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar”: Bertrand Russell.
La elección y decisión que se toma en la vida siempre permite hacer responsable, y lleva a sumir las consecuencias de todas las acciones que se derivan de las elecciones; vivimos en una sociedad de ideas fijas pareciera que la gente se puede llamar el “Raro feliz”; si las personas tienen buena autoestima; para otras es un orgulloso o una persona soberbia en fin hay de todo en la ensalada.
Pero la adversidad inicia cuando sus elecciones le hacen afrontar cambios a los cuales no se está preparado. Es allí donde la gente padece de la mal llamada parálisis por análisis ya que no acciona y sin duda el miedo a equivocarse no le permite accionar.
La vida enseña que sé elige solo aquel que pasa a la acción, y asume que el equivocarse forma parte de la ecuación.
Al tomar elecciones reduzca sus opciones, tenga cuidado de la presión social, cultural y cualquier ángulo de la vida, cambie su perspectiva con una nueva mentalidad y viendo no solo su beneficio personal sino corporal; la buena toma de decisiones le permite vivir mejor y trascender a otros niveles.
Para cada decisión se debe tener el equilibrio entre la sabiduría y la fe, el conocimiento y entendimiento; la libertad y la responsabilidad sino existe este equilibrio definitivamente el fracaso es inminente.
Independiente de sus creencias cada uno tiene fe en algo o alguien en sí mismo o los demás; pero su fe en Dios nos permite saber que su elección no es creer que algo ocurrirá, sino saber que ya sucedió.
“La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver”. Hebreos 11:1 NTV. En toda elección nunca podremos separar la sabiduría y la fe.