¡Aquí, por favor...! Se escucha un grito desesperado y se observa una mano levantada con una cédula de identidad dentro de una muchedumbre de centenares de mujeres y hombres en busca de una oportunidad de empleo esta semana en una maquila de El Progreso, Yoro.
Es impresionante y alarmante cómo esa cantidad de personas jóvenes que desesperadamente andan en busca de trabajo es una valiosa mano de obra y que en su mayoría tienen distintos oficios y profesiones de nivel medio y hasta educación superior.
Escuchar diversos testimonios de estos desempleados es para realizar un análisis crítico, reflexivo y constructivo de estos “soñadores” que buscan trabajo en su propio país y la mayoría tienen que esperar otra oportunidad, pues los contratados son un bajo porcentaje.
Dentro de los testimonios están los que vienen de afuera del municipio y se vienen un día antes a dormir de posada donde algún familiar, amistades, otros se desvelan, muchos de ellos amanecen en el parque progreseño, mientras llega la hora para integrarse a las largar filas.
Esta es una de las causas principales de las masivas emigraciones, pues las oportunidades de trabajo son escasas y para gente joven, pues una persona de 35 años en adelante es más difícil conseguir un empleo y donde 2,390,088 tienen problemas de empleo.
Un país bendecido por sus riquezas naturales y con una privilegiada población de 10,746,697 y donde la mayoría de su gente son jóvenes, siendo estos elementos una reserva de materia prima humana valiosa, pero lástima, que mal utilizada y hasta marginada en los principales campos de la salud, educación, empleo, seguridad, entre otros.
Donde predominan las emigraciones masivas incontrolables de aquellos que se fueron y de los que seguirán esas rutas sin volver atrás en un país llamado Honduras.