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Prevención de la violencia doméstica

  • 05 agosto 2019 /

Programas que orienten a toda la familia es la ruta de prevención de la violencia doméstica.

Noé Vega

Es la judicialización la respuesta al problema de la violencia doméstica o es solo un componente que no puede resolver por sí mismo un problema que se está volviendo una auténtica epidemia en nuestro país. Porque ya tenemos tribunales especializados en el tema de violencia doméstica, tenemos leyes especiales para castigar a los infractores; pero la violencia doméstica es un problema que miles de personas enfrentan día a día, sin que parezca que la mera judicialización del tema aporte soluciones de largo plazo.

Es que cuando todo el esfuerzo se enfoca solamente en judicializar un problema que tiene profundas raíces familiares, psicológicas y espirituales, nos enfrentamos a que podríamos estar causando más problemas que soluciones, pues el enfoque en tratar solamente las consecuencias dejando de lado las causas que originan la violencia doméstica no ofrece garantías de resultados positivos como lo estamos viendo en Honduras.

Porque el problema de la violencia doméstica no conoce fronteras y hasta en las sociedades más ricas y desarrolladas hoy en día sufren este flagelo: en Estados Unidos hay un promedio de 20 llamadas por hora para denunciar violencia doméstica, lo que nos refleja la gravedad del problema, pero también el sistema de apoyo que existe para las víctimas.

Es que muchas veces el mero castigo a un problema que no es meramente de carácter criminal o al menos no se hunde solo en el terreno de la criminalidad, sino de la personalidad y su desarrollo, no puede tener un abordaje solamente en el castigo legal que conllevan tales acciones. Lo que decimos es que en Honduras, con unos niveles tan altos de violencia doméstica, no tenemos un sistema de apoyo efectivo para las víctimas; es decir, no se trata solamente de facilitar la denuncia, sino de orientar, de aconsejar y de hacer un acompañamiento completo tanto de la víctima como del victimario.

Porque en la violencia doméstica no se trata de un denunciante que desea encontrar justicia encerrando en la cárcel al culpable, no, aquí se trata de esposos o compañeros de hogar, se trata de hijos y padres que tienen un nexo sanguíneo que no se romperá por una condena, se trata de dependencia económica del uno para con el otro y que muchas veces esa dependencia económica condiciona a la víctima; pero también la misma víctima resulta perjudicada en su situación económica al verse alterada la fuente de su sostenimiento.

Es decir, el tema de la violencia doméstica involucra a la familia, por lo cual debe tener un enfoque multifactorial que conlleve tratar las causas de la violencia doméstica, no solamente en castigar las consecuencias.

Porque cuando nos vamos a hacer una introspectiva del tema de la violencia doméstica a nivel de clases sociales o grupos sociales nos damos cuenta de que la violencia doméstica existe en todos ellos, ya que no respeta barreras culturales, económicas o sociales; empero son las personas de clases baja y media a quienes más denuncian y se someten a los procedimientos judiciales, por ello el enfoque tiene que estar en la prevención mediante los programas que orienten y aconsejen a todos los involucrados en el tema, es decir, la familia completa.