Recibir comida en la Franja de Gaza puede costar la vida

Multitudes desesperadas saquean los camiones que trasladan alimento al enclave, provocando escenas de caos y muerte.

  • 02 de julio de 2025 a las 00:00 -
The New York Times

Por: Rawan Sheikh Ahmad y Adam Rasgon/The New York Times

Un mes después del inicio de un nuevo sistema de ayuda para Gaza respaldado por Israel, llegar a los vigilados centros de distribución se ha convertido en una tarea que pone en riesgo la vida de los palestinos, dificultando los esfuerzos para llevar alimentos a una población hambrienta.

La violencia ha estallado con frecuencia en los accesos a los centros de ayuda, la mayoría en el sur de Gaza. El Ministerio de Salud de Gaza dijo a fines de junio que cientos de personas habían muerto durante el último mes cerca de los puntos de distribución, operados por contratistas de seguridad estadounidenses y custodiados por tropas israelíes destacamentadas en las cercanías.

En una iniciativa independiente, las Naciones Unidas y otros grupos internacionales han estado entregando una pequeña cantidad de alimentos al norte de Gaza. Multitudes desesperadas han saqueado los camiones tras su entrada al enclave, dijeron testigos.

Jens Laerke, portavoz de la ONU, describió los nuevos centros como “trampas mortales” para los gazatíes. “Gaza es el lugar con más hambre del mundo”, afirmó. Cuando logramos introducir algo, la población lo saquea de inmediato. Ese es el nivel de desesperación”.

El nuevo sistema, operado por la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), cuenta con sólo unos cuantos centros y se puso en marcha después de que Israel bloqueó la ayuda a Gaza durante casi tres meses. Las restricciones se levantaron parcialmente el 19 de mayo.

Dos personas lloran a un familiar fallecido cerca de un punto de distribución de ayuda en junio.

Formó parte de un esfuerzo para reemplazar una operación liderada por la ONU con cientos de puntos de distribución. La ONU y otras organizaciones han criticado el nuevo sistema, afirmando que está muy por debajo de las necesidades y que obliga a la gente a caminar kilómetros en condiciones peligrosas. Acusan a Israel de convertir la ayuda en un arma.

Testigos han reportado en múltiples ocasiones que tropas israelíes abrieron fuego en los accesos a los nuevos centros. El Ejército israelí ha declarado haber hecho “disparos de advertencia” cuando la gente se acercaba a sus fuerzas de manera amenazante.

Funcionarios israelíes han afirmado que los centros de distribución de la FHG eran necesarios para permitir la entrega de ayuda sin que Hamas se beneficiara. Afirman que, en el pasado, Hamas ha tomado el control de gran parte de la ayuda, quedándose con una parte y vendiendo otra en el mercado negro.

El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo haber atendido a personas baleadas el 24 de junio cerca de un centro de distribución de la FHG en la ciudad sureña de Rafah. Su hospital de campaña en Rafah recibió a 149 pacientes, incluyendo 16 declarados muertos al llegar y otros tres que fallecieron posteriormente. No fue posible verificar las cifras de forma independiente.

El Ejército israelí afirmó no tener conocimiento del incidente.

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Desde que la FHG comenzó a distribuir ayuda a mediados de mayo, la Cruz Roja dijo que su hospital de campaña en Rafah ha activado 20 veces “procedimientos para bajas masivas”.

“Condenamos con la máxima firmeza que, desde hace un mes, personas diariamente han resultado heridas y muertas al intentar obtener alimentos urgentemente necesarios en una zona de guerra”, dijo Christian Cardon, vocero principal de la Cruz Roja.

Ahmad Samier Kafina, de Nuseirat, en el centro de Gaza, contó que se había arriesgado tres veces a acudir a un punto de distribución de ayuda porque su familia dependía de él para encontrar comida. En cada ocasión, caminó 45 minutos hacia el lugar, a menudo acompañado de vecinos y familiares porque se sentía más seguro en grupo. Sólo una vez logró conseguir una pequeña cantidad de comida, pero dijo que enfrentó disparos. Comentó que había visto a gente entre la multitud usando objetos afilados para robar comida a otros.

Pese a los riesgos, Kafina dijo no tener otra opción: “No tenemos otra fuente de comida”.

Matthew Mpoke Bigg contribuyó con reportes.

©The New York Times Company 2025

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