The New York Times
Por: Vivian Wang/The New York Times
En la campaña de China por conquistar corazones y mentes en todo el mundo, su arma más reciente es un muñeco de peluche con colmillos, orejas de conejo y feíto, en opinión de algunos.
El sonriente peluche, llamado Labubu, es fabricado por una empresa china y se ha convertido en un fenómeno mundial. En los últimos meses, ha sido portado por celebridades como Rihanna y David Beckham; desatado peleas entre compradores en Inglaterra; y provocado filas de toda la noche en Los Ángeles. Algunos devotos incluso han planeado viajes a China con la esperanza de comprar uno allí. Los precios de reventa de la figura, que cuesta aproximadamente 30 dólares, han alcanzado los cientos de dólares.
El entusiasmo por Labubu podría ser otra señal de que China, que ha batallado para construir prestigio cultural en el extranjero entre preocupaciones respecto a su política autoritaria, está comenzando a cosechar algunos éxitos.
Los medios de comunicación estatales chinos han intentado retratarlo así. “El elfo peludo de nueve dientes creado por el fabricante de juguetes chino Pop Mart se ha convertido en un referente de la cultura pop china que se expande en el extranjero”, afirma un artículo del Diario del Pueblo, medio del Partido Comunista Chino.
Fans extranjeros
Otros productos chinos que han alcanzado popularidad global incluyen videojuegos como Black Myth: Wukong y autos eléctricos costeables y de alta calidad. Blogueros de viaje extranjeros han publicado videos en los que hablan maravillas de los pandas de Chengdu.
Las encuestas también muestran cambios en la opinión pública. Un análisis publicado en mayo por Morning Consult mostró que, por primera vez, el prestigio global de China superó al de Estados Unidos.
El cambio podría deberse en gran parte al desplome en la percepción global hacia Estados Unidos desde el inicio del segundo mandato del Presidente Donald J. Trump. Morning Consult indicó que la opinión favorable de EU había caído mucho más rápido de lo que había aumentado el entusiasmo por China en ese periodo.
En vista del “giro alarmantemente aislacionista de Estados Unidos”, afirmó Ying Zhu, profesor en la Universidad Bautista de Hong Kong que estudia el poder blando estadounidense y chino, China parecía “estable en comparación”.
Pero China ha estado intentando desarrollar su poder blando por sí misma. El líder chino, Xi Jinping, ha afirmado que el País debería trabajar para “remodelar” la conversación internacional a favor de China. Un mayor atractivo en la cultura popular reforzaría su reclamo de ser una alternativa a Estados Unidos para el liderazgo global.
Hay indicios de que algunos fans extranjeros de Labubu están interactuando más con otros productos chinos. Después de que Sue Aw, de 30 años, visitó Shanghai el año pasado desde Australia, en parte para buscar muñecos Labubu, quiere volver a China. Quería ver otras ciudades y comprar más marcas de ropa chinas.
Sus amigas también han “visto a China con mejores ojos tras el furor” en torno a Labubu, comentó.
Aunque Pop Mart es una empresa china, el personaje fue diseñado por un artista nacido en Hong Kong y criado en los Países Bajos. En los mercados occidentales, Pop Mart ha colaborado con Disney y Marvel.
La creciente presencia de empresas chinas en todo el mundo es una forma de poder blando, afirmó Huang Rihan, profesor en la Universidad de Huaqiao, en la provincia de Fujian.
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